En un despliegue de valentía y resistencia, 41 trabajadores de la construcción fueron rescatados con vida después de pasar 17 días atrapados en un túnel en Silkyara, al norte de India, cerca de Uttarakhand. El derrumbe ocurrido el 12 de noviembre había sellado su destino en un confinamiento oscuro y peligroso.
La misión de rescate, que se extendió por más de dos semanas, enfrentó numerosos desafíos. Los rescatistas, luchando contra el reloj y las adversidades, tuvieron que cavar manualmente los últimos metros, ya que las grandes perforadoras utilizadas inicialmente se averiaron.
Mientras tanto, en un esfuerzo por mantener a los trabajadores con vida, se les proporcionó oxígeno, comida y agua a través de una estrecha tubería. Esta asistencia vital fue crucial para su supervivencia en condiciones extremas.
El método de rescate finalmente exitoso implicó la creación de una abertura y la introducción de un tubo de 90 cm de diámetro, por el cual los trabajadores pudieron volver a ver la luz uno a uno.
Una vez llegados al momento del rescate la inmensa alegría y alivio de los afectados fueron protagonistas. Los trabajadores, que emergieron a un mundo que los había esperado ansiosamente, fueron recibidos con aplausos y abrazos. Posteriormente, recibieron revisión por médicos y transportados en 17 ambulancias al Hospital Base Chinyalisaurio para recibir atención médica.
41 vidas rescatadas
Chanchal Bisht, quien esperaba a su primo atrapado tal y como recoge BBC News, expresó su alivio y anticipación antes de la liberación. Budhsai Bara, un compañero de trabajo, reflejó el sentir común de preocupación y fe en el rescate.
El primer ministro de India, Narendra Modi, no dejó pasar la oportunidad de elogiar a los rescatistas y a los trabajadores atrapados, destacando la emoción que la operación de rescate había generado en todo el país y la paciencia y el coraje demostrados por las familias de los trabajadores.
El rescate no solo fue una hazaña técnica, sino también un testimonio del espíritu humano. A pesar de las probabilidades, la esperanza y la determinación prevalecieron en lo que se ha convertido en un símbolo de resistencia y unidad.
El derrumbe y el posterior rescate han arrojado luz sobre las difíciles condiciones en las que trabajan millones de indios, a menudo lejos de sus familias y en entornos peligrosos, en busca de un sustento. Este incidente vuelve a poner de relieve los riesgos que enfrentan los trabajadores de la construcción y la importancia de garantizar su seguridad y bienestar en todo momento.