El Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales ha detenido temporalmente el proceso de extradición de Julian Assange a Estados Unidos, exigiendo al gobierno estadounidense garantías adicionales de un juicio imparcial y el respeto a la libertad de expresión. Los magistrados Victoria Sharp y Jeremy Johnson han otorgado tres semanas a Washington para que asegure que Assange recibirá un trato justo, se respetará su derecho a la libertad de expresión, y se descartará la posibilidad de una sentencia de pena de muerte.
La decisión del tribunal sigue a las preocupaciones expresadas por la defensa de Assange sobre la posibilidad de un juicio injusto en Estados Unidos y la violación de sus derechos fundamentales. La esposa de Assange, Stella Assange, ha calificado el veredicto de «sorprendente», destacando que el tribunal reconoce las preocupaciones sobre la libertad de expresión y la posibilidad de condena a muerte, pero lamenta la invitación a Washington para que proporcione garantías políticas en lugar de retirar la acusación.
Lucha por la libertad de prensa
Muchos consideran el caso de Assange, cofundador de Wikileaks, como una lucha por la libertad de prensa. Miles de activistas, gobiernos e instituciones han expresado su apoyo al editor australiano y han denunciado su detención como una injusticia. La causa ha generado un debate global sobre el derecho a la información y el papel de los medios en la denuncia de abusos de poder.
Assange, quien permanece encarcelado en una prisión de máxima seguridad en las afueras de Londres, enfrenta acusaciones de espionaje y otros delitos relacionados con la publicación de documentos clasificados del Departamento de Estado de EE. UU. en 2010. Su salud se ha deteriorado drásticamente durante su encarcelamiento, lo que ha generado preocupación por su bienestar.
El veredicto del tribunal británico ha sido recibido con alivio por parte de quienes han abogado por la libertad de Assange, aunque la batalla legal continúa mientras se espera una respuesta del gobierno de EE. UU. sobre las garantías solicitadas. La próxima vista sobre el caso se ha programado provisionalmente para el 20 de mayo, prolongando la incertidumbre sobre el destino del activista y periodista.