Muy pocos escritores gozan del prestigio de Jorge Luis Borges (1899-1986), el más “universal” de los autores argentinos. Cuentista, poeta e intelectual todoterreno, sus escritos son vistos con fascinación, pero también con cierto respeto y temor, un “prejuicio” que pretende superar el primer festival dedicado a su obra y figura, el ‘Festival Borges’.
Este homenaje literario, que se extenderá de forma virtual entre el 23 y el 28 de agosto, coincidiendo así con el 122º aniversario del nacimiento del escritor este martes, dejará lo académico en un segundo plano para atraer a “nuevos lectores”, según confiesa a Efe una de sus organizadoras, la escritora argentina Vivian Dragna.
“Lo que queremos es que no haya tanto prejuicio de que es difícil de leer, de que es barroco o de que hace citas tan complicadas que no las podemos seguir”, constata la promotora de un evento que cuenta con más de 15.000 personas inscritas en todo el mundo.
Un legado más vivo que nunca
Más de treinta años después de su muerte, ¿por qué seguir leyendo a Borges? Precisamente por lo “inabarcable” de su obra literaria, admirada en todo el mundo y que, en palabras de Vivian Dragna, es “infinita”.
“Borges es inabarcable, infinito, eterno. Va a haber académicos estudiando a Borges creo que por muchísimos siglos más, se va a convertir en el clásico de los clásicos”, sostiene.
De hecho, todos los responsables del festival coinciden en un mismo punto: Jorge Luis Borges es la “figura central” de las letras argentinas sin ningún tipo de oposición, aunque la lectura de sus obras haya menguado en tiempos recientes.
“Sigue siendo un escritor muy importante, muy nombrado, pero poco leído por el público general (…). El desafío del festival es que recupere lectores, más allá del lugar de prestigio que siempre tuvo y siempre va a tener”, manifiesta la editora Marisol Alonso.