La Guardia Civil lograba, tras un largo interrogatorio plagado de incoherencias, que la joven valenciana María Gombau les llevase hasta el lugar donde supuestamente había enterrado a sus dos hijos. Los investigadores encontraban los cadáveres de los pequeños, -de cinco meses y tres años-, en dos fosas.
El dispositivo policial había arrancado por la mañana y fue creciendo hasta alcanzar la colaboración de 110 agentes. Una amiga de la familia había sido la última en ver con vida a los menores, a quienes había llevado comida. Tras oír gritos en la casa y ver salir desnuda y corriendo a la madre de los niños, los vecinos llamaron a la policía. Los agentes se encontraron al padre sin saber explicar qué había sucedido ni dónde estaban los pequeños. Poco después, encontraban a la madre en un bidón, desnuda.
Tras los interrogatorios y encontrar los cadáveres, la madre ha sido detenida como principal sospechosa. Su pareja, un hombre de nacionalidad belga, está retenido y está siendo investigado. Se le considera, al menos, como autor de un delito de encubrimiento.
Esta misma semana, los servicios sociales habían entrevistado a la pareja. Y habían abierto un expediente que podría llevar a la retirada de la custodia. El niño mayor, de tres años, llevaba tiempo sin acudir al colegio.
Los cadáveres de los niños fueron encontrados en dos fosas, separados a poca distancia de la casa. Uno, a 150 metros y otro a 75 metros. De hecho, ésta última estaba dentro del límite de la parcela que la familia ocupaba ilegalmente.
De vida acomodada a okupa
La madre de los niños, de 28 años, estaba en paro. Aunque pertenecía a una familia acomodada, desde joven había optado por un estilo de vida alternativo. En 2012 fue detenida y condenada a realizar trabajos para la comunidad en la biblioteca de Rocafort.
Su delito fue participar activamente en el movimiento estudiantil de la Primavera Valenciana, inspirado en el 15-M.
Su pareja había trabajado como pinche en varios bares de la localidad. En el último le habían despedido hacía apenas un mes por su falta de puntualidad, según dijo el propietario.
Los padres de los niños sufrían problemas psiquiátricos. María, además, consumía drogas según las personas que la conocen.
Reencarnación
Fue el padre el que introdujo elementos esotéricos en su declaración. Hablaba de sucesos paranormales y llegó a comentar sus intenciones de realizar un ritual de reencarnación en la piscina de la casa. En el fondo de la misma, los agentes encontraron restos de sangre.
También aseguró ante los agentes que su mujer intentó ahogar a los niños el pasado miércoles por la noche en mitad de una fuerte discusión. Y no dudó en referirse a la posibilidad de resucitar e incluso hacer alguna mención a los extraterrestres.