Investigadores de la Universidad de Missouri (Estados Unidos) han encontrado una forma de usar nada más que lápices y papel de oficina para crear dispositivos bioelectrónicos que funcionan. Estos dispositivos son portátiles y se adhieren a la piel para medir parámetros como la temperatura, el ritmo cardíaco y otros signos vitales.
Los dispositivos bioeléctricos, también llamados sensores biomédicos, por regla general son muy complejos y se necesitan materiales modernos para poder hacerlos funcionar. Suelen ser difíciles de fabricar, caros y frágiles, por lo que todavía no están ampliamente disponibles, según explica el medio Con Salud.
Por este motivo los hallazgos de la Universidad de Missouri, publicados en la revista científica Actas de la Academia Nacional de Ciencias, son un gran avance en la investigación médica de estos sensores. Este equipo desarrolló dispositivos en la piel que pueden medir la temperatura corporal, detectar señales de electrocardiografía (ECG), evaluar el pH, ácido úrico y glucosa del sudor.
Con este descubrimiento, los pacientes podrían dibujar sensores en papel y aplicarlos sin necesidad de acudir al médico
Los investigadores crearon un dispositivo de administración transdérmica (a través de la piel) de medicamentos, que se puede usar para terapias largas. Además, han desarrollado una cosechadora eléctrica que usa la humedad para generar energía, un descubrimiento que puede ser útil para alimentar los dispositivos electrónicos que se usan sobre la piel.
En su investigación, el equipo de científicos descubrió que los lápices ricos en grafito (más del 90%) conducen suficiente electricidad para aplicaciones comunes de detección biomédica. Con distintos patrones dibujados en folios de papel convencionales, estos actúan como sensores biomédicos. De esta manera, los dispositivos más complejos, como el recolector de energía, se pueden convertir en trozos de papel en capas y más tinta de grafito. Según informan los propios investigadores, este descubrimiento es tan fácil de usar que los mismos pacientes podrían dibujar sensores en papel, y aplicarlos sin necesidad de acudir al médico.
