No es princesa ni es empresaria. Es una buena relaciones públicas en las cortes del mundo árabe. Corinna zu Sayn-Wittgenstein, más conocida como Corinna Larsen, es una mujer alemana, pero de origen danés, que nació en Fráncfort en 1964. Es conocida por sus negocios como consejera de empresas e instituciones, y a la vez también por sus relaciones con la aristocracia europea y con círculos de alto poder adquisitivo.
Tras su primer matrimonio con el empresario de origen británico, Philip Adkins, con el que tuvo a su primera hija, estuvo casada con el aristócrata alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn. Con él tuvo a su hijo Alexander, y obtuvo el título de princesa, que continuó utilizando tras su divorcio en el año 2005. Fue cuando el príncipe se casó con la modelo estadounidense Alana Bunte, cuando Corinna dejó de ser princesa y de utilizar su apellido. Ella siempre se opuso a esta decisión, a pesar de la insistencia de la familia Sayn-Wittgenstein-Sayn.
Corinna Larsen comenzó a ser famosa en España por sus relaciones con Juan Carlos I. Empezó a salir en los medios de comunicación españoles en el años 2006, pero su amistad con el rey emérito comenzó en 2004. Desde entonces, siempre le acompañó en sus viajes privados y oficiales. Fue en uno de estos viajes, el safari en Botswana en el que el rey se fracturó la cadera, cuando el nombre de Corinna apareció en todos los telediarios.
Corinna ha vuelto a aparecer en los medios tras ser citada a declarar como investigada en el ‘caso Villarejo’
Su relación personal con el rey tuvo muchas idas y venidas. En una entrevista personal para la BBC, la examante del emérito ha contado, entre otras anécdotas, como este le quiso pedir matrimonio, pero ella se negó porque el enlace “podría desestabilizar la monarquía”. Ambos se acompañaron en momentos importantes, y por esto Corinna reconoce ahora que le guarda “sentimientos muy sinceros” al monarca.
En este verano de 2020, su nombre ha vuelto a aparecer en los medios tras ser citada a declarar como investigada en el ‘caso Villarejo’ por el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón. El caso se ha reabierto tras la revelación de las conversaciones entre Corinna Larsen y el comisario jubilado, José Manuel Villarejo. En estas conversaciones, Corinna asegura que Juan Carlos I tiene cuentas en Suiza a nombre de su primo Álvaro de Orleans y del abogado Dante Canónica e insinúa que las utilizó como testaferro. Además, le acusa del cobro de comisiones por mediar para la adjudicación de contratos millonarios con empresas españolas.
Unas semanas después, a principios de agosto de 2020, el rey emérito anunció su marcha de España, dejando aquí la investigación sobre sus presuntas cuentas, y a su hijo Felipe VI y a la reina Sofía a cargo del escándalo. Ante el revuelo formado por la incertidumbre de su viaje, la Casa Real se encargó de hacer oficial su paradero actual en Emiratos Árabes. Ahora falta por conocer cuáles serán los siguientes movimientos en la investigación, y cómo acabará la relación con su examiga Corinna Larsen.
