Los 27 Estados miembros de la Unión Europea han suscrito, “por primera vez”, un compromiso con el desarrollo de la defensa comunitaria al adoptar la llamada ‘Brújula Estratégica’ y, ahora, tienen el reto de ponerla en práctica, indicó el alto representante comunitario para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. “Es la primera vez que los Estados miembros, los verdaderos actores de la defensa europea, se comprometen”, enfatizó.
¿Qué es la Brújula Estratégica?
La Brújula Estratégica es la nueva estrategia de aquí a diez años para que la UE sea más autónoma en Defensa. Propuesta por Borrell en noviembre a los Veintisiete tras dos años de preparación, la aprobaron ayer, lunes, los ministros comunitarios de Exteriores y Defensa tras ser actualizada por la mayor amenaza que supone Rusia tras haber invadido Ucrania.
“Esto es un plan. Puede ser bueno o malo, pero si no se pone en marcha, no tiene valor. Ahora, hay que pasar de las palabras a los hechos y ponerlo en práctica. Y yo seré quien controle que se aplique”, explicó Borrell, que recordará a los Estados miembros “sus compromisos” y les dirá “las cosas que no sean implementadas de acuerdo al calendario”.
Dificultad por el gasto en Defensa
El jefe de la diplomacia comunitaria destacó los “equilibrios” que ha sido necesario hacer en la redacción del texto en las últimas 48 horas antes de su adopción para lograr la unanimidad necesaria para que saliera adelante y “acomodar a todo el mundo”.
La versión respaldada por los Veintisiete ha sustituido una apuesta por “definir” objetivos para mejorar el gasto militar por una mención a un “intercambio” sobre las metas nacionales en ese ámbito.
Embrión de un futuro ejército europeo
Una de las principales iniciativas de la Brújula es la creación de un fuerza de 5.000 militares que pueda desplegarse rápidamente en diferentes escenarios y que debe estar plenamente operativa para 2025.
“Nadie está hablando de un ejército europeo (…) Seguiremos teniendo 27 ejércitos. Pero si queremos gastar más en defensa, y tenemos que gastar más, tenemos que gastar mejor”, aseveró Borrell.
Los batallones europeos, que lidera un Estado miembro cada seis meses y que no ha llegado a utilizar nunca la UE precisamente por esa falta de voluntad política, no desaparecerán, pero se intentará mejorar su disposición y financiación.
En cambio, la nueva capacidad de despliegue rápido pretende mejorar las lagunas que planteaban los batallones: no será un elemento preposicionado sino modular, para el que los Estados miembros ofrecerán capacidades que se ajustarán a las necesidades de la misión en la que se quiera utilizar.