El presidente del PP, Pablo Casado, se ha despedido este miércoles del Congreso de los Diputados, que ha abandonado tras recibir un aplauso en pie de sus parlamentarios y después de defender, en su pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la política es la «defensa de los más nobles principios y valores, el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros».
Tras una semana en la que la guerra entre Génova y la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso ha roto al PP, Casado se ha marchado, aunque no ha anunciado por el momento su dimisión. Por la tarde se reúne con los presidentes autonómicos del Partido Popular, tras convocar el XX Congreso del Partido Popular, extraordinario; la salida a la crisis que desangra a la formación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha deseado a Casado «lo mejor en lo personal» desde la diferencia y la discrepancia que les ha enfrentado en las sesiones de control antes de entrar en el fondo de su respuesta.
Casado ha acudido al Pleno «por obligación como jefe de la oposición y respeto a la sede de la soberanía nacional». Para estar «a la altura de las circunstancias, aunque el contexto sea difícil», según ha señalado su vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, quien ha sido uno de los baluartes del actual líder del partido.
En el 41 aniversario del golpe de estado del 23-F, Casado ha defendido una democracia construida con «coraje» y desde la «concordia y la reconciliación» y ha pedido al Gobierno que «se ponga al servicio del interés general» porque se deben a los españoles y «a nadie más».