Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y la Candidatura de Unidad Popular (CUP) alcanzaron ayer domingo un «preacuerdo de investidura para fijar los ejes sociales y nacionales de la próxima legislatura», destacaron ambas formaciones en sus respectivos comunicados. Las bases de ERC y de la CUP deben formalizar este acuerdo cuanto antes, ya que el límite para la sesión de investidura en el parlamento de Cataluña concluye este viernes, después de que hayan transcurrido 10 días hábiles desde la constitución del Parlament (12 de marzo).
La candidata de Junts per Catalunya (JxCat) para las elecciones autonómicas de Cataluña del 14 de febrero, Laura Borrás -que ahora es la presidenta de la cámara-, debe nombrar un candidato para someterse a la votación de investidura el próximo viernes. Todo parece indiciar que será Pere Aragonès, cabeza de lista de los republicanos para las elecciones y segundo en los comicios tras el PSC de Salvador Illa, el elegido para ser investido como presidente de la Generalitat. En el caso de que JxCat se sume al acuerdo alcanzado por la CUP y ERC, los partidos independentistas conseguirían la mayoría absoluta con 74 diputados. A lo largo de la semana se conocerán novedades en las negociaciones de gobierno entre ERC y JxCat, que de momento siguen encalladas. En el caso de que prosperen, Salvador Illa tendrá que conformarse con ser el líder de la oposición en Cataluña.
Contenido del preacuerdo
El pacto alcanzado entre ERC y la CUP tiene como principal prioridad presionar a los posconvergentes y a su líder en la sombra, Carles Puigdemont, para que se pueda conformar cuanto antes un gobierno independentista en Cataluña. Sin embargo, en el comunicado también han detallado algunas medidas que aplicarían en el caso de que fructifique la investidura de Aragonès.
El preacuerdo incluye una actualización de los protocolos para evitar que se desahucie a personas vulnerables, incrementar hasta el 25% el presupuesto en salud y modificar el modelo de orden público. Con respecto a esta última cuestión, la CUP quiere suspender el uso de proyectiles de foam por los cuerpos policiales; mientras que ERC aboga por debatir sobre un nuevo modelo de orden público en Cataluña.
En cuanto al objetivo soberanista, ambas formaciones insisten en que perseverarán en «el objetivo de la independencia, preferentemente en forma de referéndum». La CUP apuesta por el referéndum de independencia lo largo de la legislatura, mientras que ERC prefiere no fijar fechas y confía todavía en la mesa de diálogo con el Estado.