Este jueves, los líderes europeos vuelven a reunirse de manera telemática para encontrar una solución conjunta a la crisis derivada del coronavirus. Sánchez llevará bajo el brazo la propuesta de un fondo europeo de 1,5 billones a deuda perpetua. Un ambicioso plan pero, al parecer, negociable con una Angela Merkel reacia a ayudar a los socios del sur.
El Ejecutivo tiene claro que la salida a la gran crisis económica en la era del postcoronavirus pasa por Europa. La recuperación de España o Italia depende de que haya una solución conjunta. Una suerte de ‘Plan Marshall’ de la UE para los próximos años. Por eso, Sánchez ha decidido apostar fuerte en la cumbre del próximo jueves y presentar una posición ambiciosa. Su propuesta se resume en un gran fondo europeo de 1,5 billones financiado con deuda perpetua. Se repartiría como trasnferencias, -y no como deuda-, entre los países más afectados por la crisis.
Esta nueva solución está pensada como vía intermedia, con el fin de que sea negociable con Alemania. Merkel insiste en que no aceptará ningún tipo de coronabonos, por lo que hay que convencerla con otra propuesta. España sortea ese problema planteando este fondo, que puede estar vinculado al presupuesto de la UE. Es una idea parecida a la de Francia. Y que Alemania podría aceptar sin problemas ya que no implicaría modificaciones legales que supongan complejas votaciones en el Parlamento alemán.
A medio plazo
La propuesta de Sánchez se concentra en la era postcoronavirus. Ya que en esta crisis inmediata, cada país está asumiendo con sus propios recursos la situación. Gracias al BCE, los más afectados se están endeudando a precios razonables.
El fondo de recuperación propuesto por Sánchez evitaría el endeudamiento masivo en los países del sur. Y ayudaría a recuperar sus economías. No prestaría dinero, sino que haría transferencias directas limitadas a la duración de las crisis. Esas transferencias, no reembolsables, estarían vinculadas a cómo afecta el coronavirus en la economía de cada país.
Se tendrían en cuenta criterios como los datos del paro, el porcentaje de población afectada o la caída del PIB.
A diferencias de las medidas hasta ahora previstas por el Eurogrupo, esta propuesta española sería a fondo perdido. No un préstamo reembolsable, como pretendían los socios europeos.
Este fondo tendría que estar listo el 1 de enero y las ayudas acordadas por el Eurogrupo el 1 de junio.
El Fondo de Reconstrucción estaría financiado por “la deuda perpetua, respaldada por los mecanismos legales existentes”. La deuda perpetua implica que solo se pagan los intereses, y se sume de forma solidaria entre los socios. Y serían, además, unos intereses muy bajos.
