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Expertos debaten sobre la importancia de individualizar el tratamiento del paciente oncogeriátrico

En la jornada “Nuevos retos de la Oncogeriatría”, llevada a cabo en la Fundación Jiménez Díaz

A la izquierda, la Doctora Myriam Rodríguez Couso, en el centro, la Doctora Cristina González de Villaumbrosia y a la derecha, la Doctora Ana Isabel Hormigo. (Fotografía: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz)
  • La edad cronológica no define el estado de salud ni la esperanza de vida de un paciente de cáncer; una valoración geriátrica integral permite conocer con mayor profundidad cuál es la situación real de salud del paciente oncogeriátrico, su edad biológica y reserva funcional
  • La exclusión del paciente oncogeriátrico en ensayos clínicos ha dificultado la administración de los tratamientos más adecuados, ocasionando su infra o sobretratamiento, lo que perjudica aún más al paciente

El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha organizado recientemente la jornada ‘Nuevos retos de la Oncogeriatría’, en la que profesionales especializados en Geriatría, Oncología, Hematología, Endocrinología y Nutrición de distintos hospitales de España han compartido los últimos conocimientos y avances sobre la atención a personas mayores con cáncer para optimizar sus abordajes y tratamientos.

La Doctora Myriam Rodríguez Couso, especialista del Servicio de Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz, explica que el encuentro, avalado por las sociedades españolas de Geriatría y Gerontología (SEGG) y de Oncología Médica (SEOM), surgió con la idea de actualizar a los especialistas con las publicaciones más recientes en materia de Oncogeriatría tras «dos años especialmente complejos». A su vez, la también coordinadora de la jornada y del Grupo de Trabajo de Oncogeriatría de la SEGG destaca que «interaccionar de forma intra e interdisciplinar, con espacio para el coloquio y el debate, generar ideas para proyectos futuros y hacer divulgación del abordaje sanitario del paciente mayor con cáncer» han sido los principales objetivos de la jornada.

La Doctora Myriam Rodríguez Couso, especialista del Servicio de Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz. (Fotografía: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz)
Un tratamiento personalizado

La especialista recuerda que «no todos los mayores son iguales porque la edad cronológica por sí misma no es definitoria del estado de salud ni de la expectativa de vida». Por esta razón, hay que evaluar exhaustivamente las características propias de cada paciente y su estado de salud global, «siendo de esta forma posible diseñar un auténtico ‘traje a medida’ de tratamiento dirigido a su cáncer».

La fragilidad es otro factor que tener en cuenta a la hora de tratar al paciente. En la jornada se puso de manifiesto la importancia de desarrollar modelos asistenciales que se adapten a las características de este grupo de población y que den respuesta a los grados de fragilidad y complejidad de una forma individualizada y centrada en el paciente, con equipos multidisciplinares.

Según las principales cohortes de estudios nacionales (FRADEA y estudio TOLEDO) e internacionales, la presencia de fragilidad se incrementa de forma exponencial a partir de los 65-70 años, siendo la prevalencia entre los que viven en la Comunidad de Madrid de aproximadamente el 10 por ciento en mayores de 65, y del 25-50 por ciento a partir de los 80 años. Y la Doctora Rodríguez Couso añade que. «en pacientes con cáncer, estas cifras son significativamente más altas, siendo catalogados como frágiles el 42 por ciento y como pre-frágiles el 43 por ciento de los mayores de 70 años».

Los tratamientos que se aplican a jóvenes no difieren mucho de los prescritos a pacientes mayores no frágiles

Por su parte, la Doctora Cristina González de Villaumbrosia, jefa asociada del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, explica que los tratamientos que se aplican a jóvenes no difieren mucho de los prescritos a pacientes mayores no frágiles. Sin embargo -matiza-, en los frágiles, estos tienen que «adaptarse y ser algo más atenuados para minimizar los efectos secundarios, sin dejar, por supuesto, de ser efectivos; por ejemplo, realizando cirugías mínimamente invasivas, disminuyendo la dosis de quimioterapia, administrando otro tipo menos tóxico o modificando la dosificación de la radioterapia».

la Doctora Cristina González de Villaumbrosia, jefa asociada del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles. (Fotografía: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz)

En cuanto a las complicaciones o efectos adversos de las terapias anticancerígenas, la especialista del hospital mostoleño señala que “los adultos mayores pueden sufrir complicaciones similares a las de los más jóvenes relacionadas con la propia enfermedad oncológica o con el tratamiento, como la alopecia, la disminución del número de células sanguíneas, diarrea, infecciones o irritación de mucosas”. Y añade que los mayores “son más susceptibles de sufrir complicaciones propias y relacionadas con los síndromes geriátricos, como el deterioro funcional o pérdida de independencia, empeoramiento de la movilidad, desarrollo de delirium o alteraciones mentales, desnutrición o caídas”.

Oncohematogeriatría, un nuevo paso hacia la medicina personalizada

La Doctora Ana Isabel Hormigo Sánchez, coordinadora del Servicio de Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz, recuerda que «el envejecimiento es un proceso biológico muy heterogéneo de una gran variedad interindividual», y pone de relieve que, en los ensayos clínicos, la representación de los pacientes mayores ha sido escasa o inexistente: “una parte de los pacientes adultos mayores no pueden ser tratados con los mismos protocolos que se utilizan en los más jóvenes debido a su alta intensidad, elevada toxicidad y efectos secundarios, no siendo tolerados en muchos de los casos”. Esta exclusión ocasiona un infra o sobretratamiento que, lejos de beneficiar al paciente, lo perjudica aún más.

«De esta necesidad de adaptar los tratamientos surge la Oncohematogeriatría, un nuevo paso hacia la medicina personalizada, en la que cada paciente recibe un tratamiento único e individualizado, no solo teniendo en cuenta su edad», expone la geriatra del hospital madrileño.

La Doctora Ana Isabel Hormigo Sánchez, coordinadora del Servicio de Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz. (Fotografía: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz)

De hecho, la Agencia Europea del Medicamento ha impulsado distintas acciones para revertir este problema. Por ejemplo, recomienda realizar una valoración geriátrica integral (VGI) que, en palabras de la Doctora Hormigo Sánchez, «permite identificar déficits o áreas vulnerables (que no se descubren con las herramientas clásicas), clasificar a los pacientes, detectar la fragilidad, anticipar la toxicidad y predecir la mortalidad». Esto, sintetiza la especialista, determina «la edad biológica del paciente, su reserva funcional, frente a la edad cronológica».

La Oncogeriatría del futuro

«Uno de los mayores retos es avanzar en la investigación, específicamente en el campo de la Oncología en el adulto mayor», afirma la Doctora González de Villaumbrosia, que enfatiza la importancia de «avanzar en el desarrollo y puesta en marcha de unidades multidisciplinares de Oncogeriatría en el mayor número posible de hospitales para que los pacientes mayores se puedan beneficiar cada vez más de la valoración multidisciplinar».

Afortunadamente, la Doctora Hormigo Sánchez asegura que «existen cada vez más publicaciones que ponen de relieve la necesidad de este abordaje global del paciente mayor», como el trabajo ‘Geriatric assessment in older patients with a hematologic malignancy: a systematic review‘ y, en materia de Oncología Médica, el titulado ‘Decision Making in Older adults with cancer‘.

Jornadas como la organizada por la Fundación Jiménez Díaz permiten que los profesionales médicos se mantengan actualizados sobre los mejores métodos para atender a sus pacientes. «Ha sido una magnífica actualización con respecto a los avances en el manejo y tratamiento de algunos de los tipos de cáncer más prevalentes en el paciente mayor -pulmón, linfoma, mama, colon y próstata- en los últimos dos años (desde el inicio de la pandemia) de la mano de los mejores referentes en sus respectivos campos», concluye la Doctora Rodríguez Couso.

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