El Hospital Universitario Infanta Elena -hospital público de la Comunidad de Madrid- ha dado un salto cualitativo en la modernización de sus técnicas quirúrgicas en Cirugía General y Digestiva con la adquisición de un brazo robótico de última generación que promete revolucionar la práctica de las intervenciones en esta área, ofreciendo beneficios sustanciales tanto para los pacientes como para los profesionales del servicio, tal y como afirma su responsable, el Doctor Santos Jiménez de los Galanes.
Concretamente, “se trata de un avance que se integra en la práctica médica del Infanta Elena con miras a mejorar los resultados quirúrgicos y la eficiencia operativa”, asevera el jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital valdemoreño.
El nuevo brazo robótico es un dispositivo autopropulsado que combina la precisión de la robótica con las ventajas de los instrumentos manuales electromecánicos, sirviendo de extensión de la mano del cirujano dentro del cuerpo del paciente, lo que mejora la ergonomía del cirujano y facilita la realización de movimientos complejos y precisos durante intervenciones mínimamente invasivas.
“La mano humana es una herramienta magnífica e insustituible, pero en la cirugía laparoscópica tradicional ciertos movimientos se vuelven difíciles, y este dispositivo facilita esos movimientos complejos, mejorando la precisión y el control del cirujano”, afirma el Doctor Jiménez.
Ventajas para pacientes y profesionales
Los principales beneficiarios de esta tecnología son los pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas oncológicas por vía mínimamente invasiva, especialmente aquellos con tumores en el hígado, páncreas y estómago. En ellos, el brazo robótico permite reducir el dolor postoperatorio, minimiza las complicaciones locales y ofrece mejores resultados estéticos. Además, los pacientes pueden reincorporarse más rápidamente a sus actividades habituales.
En cuanto a los profesionales, el dispositivo ofrece también ventajas significativas. Tal y como explica el jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Infanta Elena, “al escalar los movimientos y la precisión del cirujano, imita los movimientos naturales de las manos y facilita las maniobras laparoscópicas complejas. Concretamente, el brazo robótico ofrece hasta 8 grados de libertad de movimiento, superando los 4 grados del instrumental laparoscópico clásico, lo que permite un acceso más eficiente a zonas difíciles”. La posibilidad de rotación de 180º y la articulación completa permiten, además, realizar movimientos imposibles con las manos, lo que mejora así la eficacia y seguridad de las intervenciones.
El brazo robótico destaca por ser sumamente intuitivo, con una curva de aprendizaje corta, lo que facilita su uso por todos los miembros del equipo quirúrgico. La accesibilidad de este dispositivo asegura su rápida integración en la práctica diaria del hospital, permitiendo que un mayor número de profesionales lo utilicen.
100 casos anuales
El Doctor Jiménez estima que el dispositivo será utilizado en aproximadamente 100 casos anuales, con la posibilidad de duplicar esta cifra a medida que se incorporen nuevas patologías al abordaje robótico, lo que se traducirá en una mayor eficiencia operativa y una reducción en los tiempos de recuperación de los pacientes.
El brazo robótico del Hospital Universitario Infanta Elena se distingue de otras soluciones como el robot da Vinci por ser portátil, ligero y apto para incisiones de solo 5 milímetros. Asimismo, ofrece un feedback continuo, contribuyendo a la seguridad de la intervención. “Esta solución combina los beneficios de las grandes plataformas robóticas con las ventajas de la cirugía laparoscópica clásica, y proporciona una herramienta segura y eficiente para los cirujanos”, concluye el Doctor Jiménez.