Dos años y medio después de la llegada del coronavirus, el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red pública madrileña, retomó su clásica jornada informativa por el Día Mundial del Corazón, y que este año suma ya su novena edición- bajo el lema “Prevenir es vivir más y mejor” y el objetivo de volver a la normalidad, también en materia de control de los factores de riesgo cardiovascular.
A pesar de que es sabido que las enfermedades cardiovasculares son desde hace años la principal causa de muerte en el mundo desarrollado, debido en parte al aumento de muchos de sus factores de riesgo relacionados con el estilo de vida actual poco saludable, y de que está demostrado que la prevención y control de estos síntomas de alerta son las mejores estrategias para luchar contra su aparición y evolución, aún queda mucho por hacer en este terreno en materia de información, sensibilización y actuación.
Ejercicio saludable
Ana Sanz Argüello, fisioterapeuta del Servicio de Rehabilitación del Rey Juan Carlos, fue la encargada de la primera actividad del programa, dirigiendo una agradable caminata por el entorno del centro hospitalario durante la cual se realizaron ejercicios saludables con los que numerosos mostoleños aprendieron cómo cuidar su corazón.
En paralelo, de la mano del personal de Enfermería y Fisioterapia del hospital, pacientes, familiares y visitantes pudieron realizarse un cálculo personalizado de su riesgo cardiovascular (peso, tensión arterial, nivel de glucemia…) e informarse de los principales factores que inciden en el mismo en las mesas informativas instaladas en la entrada del edificio.
Finalmente, la IX Jornada del Día Mundial del Corazón incluyó también varias interesantes conferencias inauguradas por los Doctores Petra Sanz, jefa de Servicio de Cardiología, e Ignacio del Villar, jefe de Servicio de Rehabilitación, en las que se ofrecieron claves preventivas para vivir más y mejor.
Cálculo del riesgo cardiovascular
Concretamente, la Doctora Sanz detalló las muchas y diversas consecuencias que la pandemia de la Covid-19 ha supuesto tanto para la prevalencia, desarrollo y agravamiento de las enfermedades cardiovasculares, como para el control de factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia, el tabaquismo, la obesidad o el estrés, tanto por parte de los pacientes como de los profesionales médicos.
Por su parte, el Doctor Del Villar recordó la importancia del ejercicio como hábito de vida saludable y como mejor indicio de vuelta a la normalidad en la lucha contra las patologías cardiovasculares. Destacó el ejercicio físico como una de las principales medidas para “disminuir los síntomas y signos de la enfermedad; mejorar la capacidad de física del paciente; reducir la frecuencia de nuevos eventos cardíacos; ayudar controlar los factores de riesgo coronario y consolidar la modificación de los hábitos de conducta alcanzados; en definitiva, para mejorar la calidad de vida de los pacientes con patologías cardiovasculares”.
Concretamente, el especialista ofreció consejos del tipo de ejercicio físico, la intensidad, duración y periodicidad adecuados, siempre prescritos de forma individualizada, y recomendando la realización de “ejercicio aeróbico a una intensidad moderada durante al menos 45 minutos al día 3-5 días a la semana”.
Obesidad e impacto psicológico, sumado a la pandemia
Ahondando en la relación de la pandemia con las cardiopatías, la Doctora Nerea Aguirre, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Rey Juan Carlos, habló del riesgo cardiovascular asociado a la obesidad sarcopénica -caracterizada por el aumento de masa grasa y la pérdida de masa muscular y de su función- postcovid. Y es que, dado que ambas entidades comparten factores de riesgo tan importantes como la edad, la obesidad -es un factor de mayor riesgo tanto para la infección como para la gravedad por Covid-19- y la diabetes, “un paciente que ya parte con un riesgo cardiovascular aumentado tiene más posibilidades de infectarse por el coronavirus y de desarrollar una sarcopenia”. Para combatirlo, la endocrinóloga puso de relieve la importancia de la intervención nutricional y la realización de ejercicio físico.
Finalmente, la Doctora Violeta López de Lerma, del Servicio de Psiquiatría del hospital mostoleño, expuso el impacto psicológico de la pandemia en los pacientes con enfermedad cardiovascular, asegurando que ésta ha sido un “estresor psicosocial en aspectos como el riesgo de contagio, la percepción de amenaza para la propia salud, el riesgo de posible colapso de la sanidad, las condiciones propias del confinamiento y otros múltiples factores asociados a la pandemia, que los pacientes con cardiopatías han vivido de forma más intensa y grave” y para cuyo afrontamiento la especialista ofreció pautas y consejos.