- Aboga por revisar el modelo de regulación, como se está haciendo en la Comunidad de Madrid, para reforzarlo e incorporar los nuevos servicios prestados durante la pandemia
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Luis González Díez, considera que el modelo de oficina de farmacia en España es “una excelente base para seguir construyendo nuestro futuro como una profesión sanitaria asistencial”.
Durante su intervención en la mesa coloquio organizada ayer por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria bajo el título La farmacia comunitaria como centro sanitario: debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, Luis González defendió el valor que la red de farmacias ofrece a la sociedad y a la sanidad españolas. “Lo hemos visto durante la pandemia. La red de oficinas de farmacia y el modelo cooperativo de distribución nos han permitido sostener una prestación sanitaria básica para la población, como es el acceso inmediato a los medicamentos y tratamientos cuando el sistema de salud se tambaleaba”, aseguró.
Refuerzo del modelo actual de regulación
Por todo ello, animó a defender y reforzar el actual modelo de regulación con el fin de convertirlo en “piedra angular de la reforma pendiente de la sanidad española para afrontar los grandes desafíos demográficos que tenemos por delante”. En este sentido, se refirió a la futura Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid señalando que esta norma “está ya aprobada por la pandemia y por el trabajo de todos los farmacéuticos”, en referencia a los servicios prestados durante la crisis, como la atención farmacéutica domiciliaria.
Asimismo, advirtió que “nada es eterno. La viabilidad económica del modelo regulado está cuestionada”, aseguró. Para mantener su cobertura territorial, la proximidad y cercanía que ofrece a la población o la garantía profesional que ofrece frente a fraudes y falsificaciones, Luis González abogó por revisar la regulación, como ya se está haciendo en la Comunidad de Madrid, para ofrecer flexibilidad horaria, dar preferencia al traslado de farmacias, racionalizar y buscar eficiencias en la distribución, ofrecer incentivos para que las farmacias rurales sigan abiertas e integrar de forma más efectiva la farmacia en el sistema sociosanitario para prestar servicios con mayor valor añadido a la población. “Lo que no puede ser -añadió- es seguir buscando ahorros en la farmacia y drenando recursos a través de una política de precios bajos y descuentos”.
Ciencia y formación
El presidente compartió mesa con Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares; Ángel Sanz Granda, consultor farmacéutico y evaluador de tecnologías sanitarias; y Noelia Tejedor García, presidenta de SEFAC Madrid.
En la inauguración, Luis González resaltó la necesidad de que colegios y sociedades científicas aúnen esfuerzos en la faceta científica y formativa de los farmacéuticos, como han hecho durante la pandemia en la realización de test de antígenos o la administración de vacunas, donde “se ha abierto un camino para prestar un servicio”. “Compartimos muchos proyectos con SEFAC, hemos hecho mucho y, si no hemos hecho más durante la pandemia, no ha sido porque no hayamos querido”, se lamentó al tiempo que instó a no retroceder en la labor que se está realizando.
Recertificación de competencias
A lo largo de la intensa jornada formativa de SEFAC, se celebraron 10 talleres profesionales sobre el manejo de tratamientos y abordaje de distintas patologías desde la farmacia, así como dos mesas de debate en torno a bulos sobre medicamentos y farmacia digital.
Dentro del taller Cómo afrontar mi desarrollo profesional, farmacéuticos de Desarrollo Profesional Continuado del COFM explicaron cómo se ha acometido el proceso de evaluación y recertificación de competencias que la corporación madrileña puso en marcha el 26 de octubre de 2019. Se trata de la primera vez que los farmacéuticos se sometieron a una evaluación de sus competencias profesionales, que incluyó también la elaboración del primer Mapa Competencial de la Farmacia. Esta iniciativa “va a permitir dar visibilidad a nuestra profesión, reforzar nuestro modelo de farmacia ante la Administración y la sociedad, potenciar la atención farmacéutica, ayudar a autoevaluarnos de manera continua y ofrecer una oportunidad para demostrar que los farmacéuticos somos sanitarios de primera línea”, señalaron.
