El papa Francisco emprendió hoy su viaje de tres días a Irak, uno de los más difíciles y arriesgados por la pandemia y los últimos misiles lanzados contra bases de las fuerzas de la coalición internacional, pero con la determinada intención de llevar su cercanía a la comunidad cristiana en el país, duramente perseguida por los terroristas del Estado Islámico (EI).
El vuelo de la compañía Alitalia despegó a las 7:44 hora local (6:44 GMT) del aeropuerto romano de Fiumicino y está previsto que, tras recorrer 2.947 kilómetros, aterrice en el aeropuerto de Bagdad a las 14.00 hora local (10.00 GMT).
De la delegación vaticana forma parte el cardenal Fernando Filoni, quien fue nuncio en Bagdad desde 2001 a 2006 y que ayudará al papa después de que el actual embajador, Metja Leskovar, contrajera el coronavirus y haya tenido que guardar cuarentena.
Itinerario del viaje
A su llegada al aeropuerto de Bagdad, esperará al papa a pie de escalerilla el primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi.
Tras una discreta ceremonia de bienvenida, el papa y el jefe del Gobierno se reunirán en privado en una de las salas del aeropuerto de la capital.
Su primer acto oficial será la reunión con el presidente del país, el kurdo Barham Saleh, y el discurso que pronunciará en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático.
En solo tres días, el pontífice irá al sur a Ur de los Caldeos y al norte, a la llanura de Ninive y las ciudades de Mosul y Qaraqosh, destrozadas por el EI y donde se concentraba la población cristiana que ha quedado reducida a la mitad, además de a Erbil, la capital del Kurdistán, que dio cobijo a los que huían de los yihadistas.
Motivo de la visita del papa
Francisco quiere llevar su cercanía a los cristianos, brutalmente perseguidos desde hace años en el país y sobre todo durante la invasión de los terroristas del Estado Islámico.
«Este viernes viajaré a Irak, para un peregrinaje de tres días. Desde hace tiempo deseo encontrar a este pueblo que ha sufrido tanto y a esta Iglesia mártir y en la tierra de Abraham (en Ur); con los otros líderes religiosos daremos otro paso para la hermandad entre los creyentes», dijo Francisco tras la audiencia general celebrada en el Palacio del Vaticano por la pandemia.
Además, el viaje servirá a dar un paso más en las relaciones con el Islam, ya que está previsto un histórico encuentro con la máxima autoridade chíi, el ayatolah Ali Al Sistani, en la ciudad sagrada de Nayaf.