La relación entre Rusia y la OTAN está más tensa que nunca. Rusia denunció hoy los esfuerzos llevados a cabo por Occidente para incluir en la Alianza Atlántica a Finlandia y Suecia, países conocidos por su neutralidad, y alertó sobre las graves consecuencias que tendría el ingreso de estos países a la OTAN.
«Es evidente que el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN, que es ante todo un bloque militar, tendría graves consecuencias político-militares, que requerirían una respuesta de nuestro país», afirmó en rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
La Alianza Atlántica ha justificado precisamente la invitación a Finlandia y Suecia a la cumbre de la OTAN porque la crisis abierta en Ucrania afecta a «todos», según subrayó Jens Stoltenberg, secretario general de la organización. Las primeras fichas del tablero aliado ya se han movido y la Fuerza de Respuesta será desplegada por primera vez como medida disuasoria y defensiva.
La neutralidad para Rusia
Rusia siempre ha destacado el papel neutral de sus vecinos nórdicos. No obstante, la representante de la diplomacia rusa señaló que Moscú está al tanto de «los esfuerzos dirigidos de la OTAN y algunos países miembros del bloque, ante todo Estados Unidos, dirigidos a incluir en la Alianza a Finlandia y también a Suecia».
De hecho, celebró «la política del Gobierno de Finlandia de no alineación militar como un importante factor para garantizar la seguridad en el norte de Europa y en todo el continente europeo», pero constató la «interacción práctica» entre Helsinki, Estocolmo y la OTAN, que ha crecido últimamente.
Aún así, ha advertido: «Han celebrado maniobras de la OTAN, estos países han ofrecido sus territorios a ejercicios del bloque en las cercanías de las fronteras rusas, en los que las fuerzas estadounidenses imitaban ataques con armas nucleares contra un llamado adversario equivalente».