Un año después de declararse la pandemia del coronavirus, la Tierra respira un poco más aliviada por la reducción de gases de efecto invernadero conseguida, principalmente, por los confinamientos, pero continúa la triple crisis que amenaza al planeta: la crisis climática, la crisis de la contaminación y la crisis de la destrucción de biodiversidad.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretase el 11 de marzo de 2020 la «primera pandemia causada por un coronavirus», el medioambiente no ha sido ajeno a los efectos de una enfermedad que ha segado, hasta la fecha, la vida de más de 2,6 millones de personas.
Los confinamientos y sus consecuencias reducen la emisión de CO2
El impacto global de la pandemia disminuyó el año pasado la emisión de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero, debido a la reducción de viajes, de la actividad industrial y de la generación eléctrica a raíz de los confinamientos que soportó el mundo para frenar la propagación de la Covid-19.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA, también conocido como ONU-Medioambiente), con sede en Nairobi (Kenia), señaló el pasado diciembre que las emisiones de dióxido de carbono caerían hasta un 7 % en 2020. Sin embargo, recalcó el PNUMA, esa caída sólo supone un descenso de 0,01 grados centígrados del calentamiento global para 2050.
Y, además, no evita que el mundo avance hacia un aumento de temperatura este siglo lejos del objetivo de mantener tal incremento por debajo de los 2 grados respecto a la era preindustrial. Esa meta se estipula en el Acuerdo de París (2015), que recoge medidas para atajar las emisiones de gases, pero también persigue limitar la subida de la temperatura del planeta a 1,5 grados.
El presidente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Gerhard Adrian, reconoció que ve difícil alcanzar el objetivo del Acuerdo de París. «Lamentablemente, en la actualidad parece que nos dirigimos hacia un aumento de las temperaturas de entre 3 y 4 grados», dijo Adrian.
¿Cómo se puede evitar el calentamiento global?
La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, admitió hoy que «los confinamientos han provocado una caída en las emisiones, pero para garantizar que el cambio sea sostenido, los gobiernos deben asegurarse de reconstruir mejor y de manera más ecológica».
Asimismo, la jefa del ONU-Medioambiente enfatizó que «evitar la próxima pandemia y restaurar los vínculos de la humanidad con la naturaleza requiere asumir la triple crisis ambiental que enfrentamos: la crisis climática, la crisis de la contaminación y la crisis de la destrucción de biodiversidad «.
La V Asamblea de la ONU para el Medioambiente (UNEA-5), principal organismo de toma de decisiones ambientales del mundo, ya abogó el pasado mes por abrir una nueva «era de acción» a fin de salvar al planeta de la «triple emergencia ambiental».
Revalorización de la ciencia
Igualmente, la organización ecologista Greenpeace considera que, pese a sus devastadoras consecuencias humanas, la pandemia ha impulsado una creencia en los científicos que puede beneficiar a la defensa del medioambiente.
«La pandemia ha reavivado una creencia mundial muy necesaria en la ciencia, que es esencial para que la humanidad supere las múltiples pandemias de combustibles fósiles y contaminación plástica y remodele nuestra relación parasitaria con la naturaleza» comentó el gerente de Campaña de Clima y Energía de Greenpeace, Happy Khambule.