La llamativa historia personal de la Primera Dama de los Estados Unidos Melania Trump le brindó la oportunidad de imprimir un tono personal sobre un asunto relevante en la Convención Nacional Republicana: el derecho al voto. En su discurso ofreció una amplia exposición sobre el recorrido de su esposo, Donald Trump, en el cargo. Ese discurso, sorprendentemente, fue uno de los pocos en la convención que incluyó un guiño elocuente y comprensivo hacia las víctimas del Covid-19. Reconoció el sacrificio de los trabajadores de primera línea durante este tiempo y habló sobre los esfuerzos compartidos de los estadounidenses. El discurso también incluyó una breve alocución sobre el aniversario de la ratificación de la 19ª Enmienda y su propio camino hacia Estados Unidos.
Melania Trump conoce de primera mano los desafíos del autoritarismo, el valor y la importancia tanto del voto como de las elecciones libres y justas
Melania Trump es la única Primera Dama que no nació en los Estados Unidos, Gran Bretaña o la América británica, lo que hace que su perspectiva sea única en los anales de la historia presidencial. Nació en la Yugoslavia comunista, que en 1970 estaba gobernada por el autoritario presidente (y más tarde, presidente vitalicio) Josip BrozTito. Ese régimen comunista suprimió la libertad de expresión, las protestas y el debate interno. Ser trataba de un sistema en el que las elecciones eran papel mojado, en el que los hilos del poder colocaban a sus candidatos preferidos. Votar, aunque formaba parte de la vida yugoslava (eslovena) de su familia, era un mero paripé, comparado con el de un sistema democrático.
Melania Trump conoce de primera mano los desafíos del autoritarismo, el valor y la importancia tanto del voto como de las elecciones libres y justas.
Estos pasajes del relato, personales e institucionales, generaron una excelente oportunidad para la Primera Dama
El reconocimiento de la señora Trump de que este año marca el centenario de la ratificación de la 19ª Enmienda, que otorgó a las mujeres el derecho al voto, fue admirable. Después de décadas de esfuerzos del movimiento por el sufragio, las mujeres finalmente obtuvieron los mismos derechos que se les había otorgado a todos los ciudadanos varones desde la década de 1860 y que los ciudadanos varones blancos disponían desde la fundación de los Estados Unidos. Este fue un importante paso adelante en la expansión de los derechos democráticos del país que ahora preside Donald Trump.
Estos pasajes del relato, personales e institucionales, generaron una excelente oportunidad para que la Primera Dama cambiara la narrativa en torno al voto y al Partido Republicano. Mientras la campaña de su esposo se ve envuelta en una polémica mediática negativa sobre la politización del Servicio Postal de los Estados Unidos, los ataques al voto por correo en medio de una pandemia y las denuncias y acusaciones en curso de fraude electoral perpetrado por los demócratas, la Melania Trump destacó ante los estadounidenses la importancia del derecho al voto, la importancia de ejercerlo y su significado en un sistema democrático.
En muchos sentidos, la administración Trump no ha puesto a la Primera Dama en una posición tan prominente para discutir los problemas de la mujer como habría podido hacer
Melania Trump es una Primera Dama excepcional, pero no una estadounidense única. Muchos norteamericanos tienen una historia de huir de la autocracia por las libertades y oportunidades que ofrece Estados Unidos. Y para los estadounidenses que no han experimentado eso de primera mano, es probable que sus madres o abuelas o bisabuelas lo hayan hecho.
En muchos sentidos, la administración Trump no ha puesto a la Primera Dama en una posición tan prominente para discutir los problemas de la mujer como habría podido ser. Su historia y su historia podrían servir de ejemplo para muchas mujeres. Melania, la familia de Melania, no pudieron votar en la Yugoslavia comunista. Hoy, en los Estados Unidos, puede.
Su historia personal es una que pocos estadounidenses pueden contar, pero de la que muchos ciudadanos locales podrían aprender
Melania Trump tiene la oportunidad de conectar con millones de estadounidenses a través de otros discursos sobre los derechos de las mujeres y la importancia del voto de estas para cambiar la narrativa política actual. Su historia personal es una que pocos estadounidenses pueden contar, pero de la que muchos ciudadanos locales podrían aprender. Como inmigrante que nació en el comunismo, tiene mayores argumentos para hablar sobre la democracia y el voto que cualquier otro miembro de la familia Trump. Y ese mensaje se vería reforzado por su carisma personal que irradia un interés por los valores estadounidenses, incluso cuando está lejos de la ortodoxia republicana o del propio comportamiento de su marido.
Melania Trump usó el gran escenario de la convención republicana para intervenir y hablar sobre los derechos del voto femenino, sus problemas. Como esposa del presidente de los Estados Unidos, tiene la oportunidad de alcanzar titulares, hablar con fuerza sobre un tema que se debate actualmente y demostrar a millones de estadounidenses que una forma más en la que pueden ‘ser los mejores’ es valorar y ejercer sus propios derechos de voto. Es una gran pregunta si su capacidad puede usarse para ayudar a Trump a ganar los votos de las mujeres que actualmente parece tener perdidos.