A mediados de julio, el banco presidido por Francisco González, pronosticaba que la economía española crecería un 2,8% en 2018, sin embargo ahora calcula que el avance será de 2,5%, teniendo en cuenta las consecuencias de la crisis catalana.
De este modo rebaja tres décimas la previsión de crecimiento de la economía española para 2018, al igual que ha hecho el Gobierno, aunque en este último caso la reducción del alza esperada del PIB en 2018 fue del 2,6% al 2,3%.
BBVA confía en que esas dudas desaparezcan pronto y ensalza el dinamismo que mantiene la economía española, que cerrará 2017 con un avance cercano al 3% y unas tasas de paro que han caído hasta niveles que no se veían desde hacía tiempo.
Igualmente pesimista es la Confederación Española del Comercio (CEC) que acaba de decir que la temporada de otoño-invierno ha empezado con mal pie por las altas temperaturas y la inestabilidad política en Cataluña y ha advertido de que si ambos factores continúan las próximas semanas la campaña será “catastrófica”.
La inestabilidad política impacta “muy negativamente en la confianza de los consumidores”, un factor clave en las ventas del comercio minorista, que en los próximos meses se juega gran parte de las ventas del año, que coincide con la campaña de Navidad.
Las ventas del comercio minorista aumentaron en septiembre el 2,2% respecto al mismo mes del año pasado, con lo que encadenaron cinco meses al alza, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan que el empleo en el sector creció el 1,6% y acumuló 40 meses de subidas. Por sistemas de distribución, el negocio descendió en las pequeñas cadenas y en el pequeño comercio el 0,3%, en tanto que en las grandes cadenas repuntó el 5,6% y en las grandes superficies el 3,6%.