El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su todavía vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, han unido este miércoles sus voces para, en medio de un ambiente preelectoral ante los comicios del 4 de mayo en Madrid, denunciar el transfuguismo, la corrupción y la compra de diputados por parte del PP.
Sánchez e Iglesias han participado por vez primera en una sesión de control del Congreso después de que el líder de Unidas Podemos anunciase que abandonará el Gobierno para ser candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
El líder del PP, Pablo Casado, ha acusado directamente a Sánchez de haber conspirado para que se presentasen y prosperasen esas mociones de censura, y el jefe del Ejecutivo ha contraatacado recordando los movimientos que los populares han hecho en Murcia.

La de esta jornada ha sido una de las últimas sesiones de control del Congreso a las que acudirá Iglesias antes de abandonar el Gobierno, el «Iglexit» como lo ha calificado la portavoz del grupo popular, Cuca Gamarra, en una intervención que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha comparado con un mitin.
Iglesias no sólo dejará el Ejecutivo, sino también su escaño. Así lo han ratificado fuentes de Unidas Podemos ante las informaciones en las que se apunta que podría no renunciar a su acta y seguir como diputado si no obtiene un buen resultado el 4M.
En medio de los reproches mutuos del banco azul y de la oposición, el pleno del Congreso ha vivido este miércoles otra polémica por la burla de un diputado del PP, Carmelo Romero, al líder de Más País, Íñigo Errejón.
