Las medidas sanitarias para Semana Santa no se van a ampliar, «a día de hoy«, según confirmó ayer miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias. El aumento de los contagios y de los fallecidos en la jornada de ayer (7.026 nuevos contagios y 320 fallecidos) y el leve incremento de la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días provocó que desde el Gobierno quisieran, al menos plantear, la posibilidad de endurecer las restricciones.
De nuevo, economía frente a la salud
Pero al igual que ha ocurrido en Alemania, la economía ha prevalecido en la decisión. Antes de la reunión del Consejo Interterritorial de Salud de ayer jueves 24 de marzo, algunas comunidades autónomas (Madrid, Cataluña, Andalucía…) comunicaron a la ministra de Sanidad que no veían razonable adelantar el toque de queda a las 20:00 h. o anticipar el cierre de servicios no esenciales (comercios y bares).
«No somos amigos de ocurrencias», manifestó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Además, se mostró partidaria de «no tocar aquello que funciona mientras el virus no suba de forma preocupante».
Ante las reticencias, Darias optó por ni siquiera llevar la propuesta al Consejo Interterritorial. Por lo tanto, seguirán vigentes las medidas adoptadas el 10 de marzo para Pascua: cierres perimetrales en todas las regiones, toque de queda nocturno y limitación de las reuniones sociales.
En unas semanas conoceremos si estas restricciones fueron suficientes para contener la cuarta ola de la COVID-19 en España, o si se volverá a repetir el irrespirable panorama epidemiológico que ya se vivió después de Navidad.