Los países de la Unión Europea han respondido de forma desigual al asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. Mientras Alemania, Francia y Reino Unido han emitido un comunicado conjunto tachando de “injustificable” el suceso y exigiendo una “aclaración urgente”, España ha evitado sumarse a esa línea dura.
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha limitado a mostrar su “consternación” y “sincero pésame” por la muerte del periodista saudí. Además, se remite al comunicado de la ONU, y confía en que los responsables “respondan ante la justicia tras una investigación exhaustiva y transparente”. No cuestiona abiertamente, sin embargo, la credibilidad de las diferentes versiones emitidas por Riad.
Los nutridos flujos comerciales entre España y Arabia Saudí -el último ejemplo es el AVE a la Meca, inaugurado este mes y adjudicado a un consorcio hispanosaudí por 6.736 millones de euros en 2011- imponen un tono prudente en el Ejecutivo español frente a Riad.
Alemania suspende la venta de armas
La reacción de España contrasta con la de Berlín, París y Londres, que consideran “insuficientes” las explicaciones de Arabia Saudí. “En último término, emitiremos nuestro juicio en función de la credibilidad de la explicación adicional que recibamos sobre lo que sucedió y nuestra confianza en que un evento tan vergonzoso no podrá repetirse ni nunca lo hará”, señalan en una nota conjunta el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, alemán, Heiko Maas, y francés, Jean-Yves Le Drian.
Alemania ha ido todavía más lejos y la canciller, Angela Merkel, ha anunciado la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí hasta que se aclare lo sucedido el torno al asesinato de Khashoggi. “Primero, condenamos este acto en los términos más contundentes. Segundo, hay una necesidad urgente de aclarar lo sucedido y todavía estamos muy lejos de saberlo. En lo que respecta a las exportaciones de armas, éstas no pueden ocurrir en las presentes circunstancias“, declaró este domingo.