Hoy martes se conmemora el Día Mundial del Paciente Ostomizado, cuyo principal objetivo es contribuir a la integración a la sociedad de todos estos pacientes, y concienciar a la población de la cantidad de obstáculos y barreras que tienen que enfrentarse a diario para poder seguir adelante con sus vidas después de un procedimiento quirúrgico que puede dejar secuelas físicas y emocionales.
Una ostomía o estoma es la intervención quirúrgica en el que una víscera es seccionada y exteriorizada a piel. Según su ubicación, los estomas de eliminación digestivos reciben el nombre de ileostomía (ultima porción del intestino delgado), colostomía (exteriorización de una porción del colon) y en el aparato urinario se llama urostomía.
En España hay 70.000 personas afectadas y cada año hay 13.000 nuevos casos
Ser una persona portadora de una ostomía conlleva muchos cambios tanto físicos, psicológicos y de pérdida de control en sus autocuidados. En España hay 70.000 personas afectadas, y cada año hay 13.000 nuevos casos, de los cuales el 60% son temporales y 40% permanentes. Siendo las más frecuentes las colostomías con un 55,1% e ileostomías 35,2%.
“En el Hospital La Luz contamos con la consulta de Enfermería para ofrecer los cuidados y atención personalizada de las personas ostomizadas. En la actualidad llevamos 170 personas portadoras de una ostomía atendidas. Hacemos un seguimiento desde el preoperatorio con el marcaje del estoma (localización y señalización del lugar idóneo) e informamos sobre las dudas, miedos e incertidumbres que pueda tener el paciente”, explica Margarita Poma Villena, Estomaterapeuta y especialista en Heridas Complejas del Hospital La Luz.
Además, continúa la experta, en el postoperatorio le enseñamos al paciente la higiene que tiene que hacer del estoma y de la piel, la colocación y retirada del dispositivo, valorando el aspecto del estoma, cómo detectar complicaciones, le explicamos la alimentación e hidratación… lo que tratamos de conseguir es que tenga autonomía y confianza en sus cuidados.
“Nuestro objetivo es dar una atención integral en los cuidados de la persona ostomizada, favoreciendo la continuidad del proceso asistencial, y ofreciéndole una educación sanitaria para realizar los cuidados propios del estoma, cuyo fin es prevenir complicaciones y tratar de conseguir su equilibrio psicológico y social, y así favorecer su calidad de vida”, indica Margarita Poma.
«La supervivencia de nuestros pacientes depende de si se prolonga la cirugía»
El tratamiento oncológico, con sus efectos secundarios, puede alterar la calidad de vida de la persona ostomizada. “Así se demuestra en un estudio piloto realizado a 30 personas ostomizadas según el momento del tiempo de tratamiento en que se encuentre (actual, terminaron tratamiento hace más de 6 meses y más de un año) que tienen más problemas de alteración de la piel (seca, eritematosa y erosionada) y es más fácil que el dispositivo se despegue y se irrite más la piel”, asegura Poma Villena.
El estudio refleja también las diferencias en cuanto al tipo de cirugía (programada o urgente). Según Margarita Poma han encontrado diferencias significativas de cirugía urgente en el grupo que está recibiendo tratamiento oncológico en el momento actual. “La supervivencia de nuestros pacientes dependerá si se prolonga la cirugía, independientemente de la situación de la pandemia actual COVID 19 y sus efectos colaterales adversos”, afirma.
Respecto al grado de dependencia este estudio indica que había una mayor presencia de dependencia en los que estaban en tratamiento oncológico en un 40%, y en los posteriores está en un 90 a 100% de autonomía, “lo que indica que se está realizando unos buenos cuidados de Enfermería basados en la mejor evidencia y según las guías y recomendaciones de la Asociación profesional de enfermeras de Ontario (RNAO)”, afirma Margarita Poma.
De acuerdo a esta experta, los que habían terminado el tratamiento oncológico hace 6 meses, habían mejorado el doble su calidad de vida respecto a los que estaban en tratamiento. Y los que habían finalizado el tratamiento hace más de un año tienen aproximadamente un 60 % más de buena calidad de vida respecto a los que aún están en tratamiento.