El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se vuelve a salvar. Ya lo hizo al publicarse el duro informe de Sue Gray en el que exponía las vergüenzas del ‘Partygate‘ y pedía responsabilidades. En ese momento el británico rechazó dimitir para esquivar una bala difícil. Ahora también rechaza tomar mayores medidas que unas disculpas tras haber perdido la confianza de 148 parlamentarios del Partido Conservador en la moción de censura interna de ayer. El primer ministro resiste y su situación recuerda a la vivida por Theresa May en 2018, quien también vivió una moción de censura interna que se saldó con un apoyo del 63% que le forzó a dimitir meses después. En esta ocasión, Johnson ha recibido el apoyo del 59% de los diputados conservadores.
El viceprimer ministro británico, Dominic Raab, pidió este martes «respetar» la victoria del Jefe del Gobierno en la moción de censura celebrada el lunes. Johnson ganó «claramente» la confianza de su formación y ahora el Partido Conservador debe centrarse en continuar el trabajo del Gobierno, agregó Raab en unas declaraciones a la cadena Sky News.
«El primer ministro ganó con un 59 %. En realidad, eso es más de lo que obtuvo en términos de apoyo cuando fue elegido líder del Partido Conservador. Ya hemos tenido ese voto, era prerrogativa de quienes lo pedían» , agregó Raab.
La permanencia de Johnson, «cuestión de meses»
Según el recuento de la moción de censura interna, más de un 40 % de los parlamentarios tories, muy descontentos con el escándalo del ‘Partygate’, las fiestas en Downing Street durante la pandemia, votaron en su contra. En total, 148 parlamentarios tories, de un total de 359, votaron a favor de retirar la confianza a Johnson.
El diputado conservador Tobias Ellwood, presidente del Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes, ha pedido un cambio de ministros en el Gobierno y aseguró, en declaraciones a la cadena Sky News, que la permanencia de Johnson en su cargo es «cuestión de meses«, posiblemente hasta el congreso anual de la formación este octubre.
«Hay mucho trabajo por hacer. Ahora se requiere una reorganización, con nuevos talentos y centrarse en los grandes problemas«, añadió. Este ha sido un castigo mayor del que sufrió su antecesora, Theresa May, en 2018, que sobrevivió a un voto de censura para terminar dimitiendo pocos meses después ante la presión del partido.