Tres soldados estadounidenses perdieron la vida el sábado por la noche en un ataque con aviones no tripulados en el nordeste de Jordania, cerca de la frontera con Siria. El presidente Joe Biden confirmó la tragedia en un comunicado emitido por la Casa Blanca el domingo, prometiendo una respuesta a la acción. El ataque también dejó al menos 25 militares heridos. La Resistencia Islámica de Irak, un grupo respaldado por Teherán, se atribuyó la responsabilidad del ataque.
La base Torre 22, mantenida por Estados Unidos en la frontera de Jordania con Siria e Irak, fue el blanco del ataque. Aunque no está claro qué falló en las defensas aéreas de la base, los drones no fueron interceptados, marcando un cambio en la situación, ya que hasta ese momento, más de 158 ataques anteriores no habían causado daño significativo.
El ataque se suma a una serie de incidentes recientes en la región, incluidas escaramuzas en la frontera libanesa entre Israel y Hezbolá, así como ataques de rebeldes hutíes en Yemen contra barcos en el mar Rojo. La Resistencia Islámica de Irak afirmó que el ataque fue en solidaridad con los «hermanos de Gaza».
Tensiones en la región
La situación agrega tensiones a la región y plantea el riesgo de una escalada en el conflicto. El presidente Biden, que ha respaldado firmemente a Israel, enfrenta la presión de mantener la estabilidad en la región y evitar una mayor implicación militar. La posibilidad de una escalada podría afectar sus perspectivas políticas, especialmente entre los votantes demócratas, incluidos los jóvenes y los musulmanes, que fueron clave en su victoria en 2020.
El ataque también trae a colación la preocupación por las prolongadas intervenciones militares estadounidenses en el extranjero, recordando las guerras en Afganistán e Irak, que resultaron en significativas pérdidas de vidas. La Resistencia Islámica de Irak justificó el ataque como un mensaje contra la «constante agresión estadounidense-sionista en Gaza».
El presidente Biden expresó su pesar y prometió rendir cuentas a los responsables del ataque. Las identidades de los soldados fallecidos aún no se han revelado, y la imagen de las familias recibiendo los ataúdes puede agregar presión adicional en medio de la compleja situación geopolítica.
La región, especialmente Jordania, aliada de Estados Unidos, sigue atenta a los acontecimientos, ya que la mitad de su población es palestina. La estabilidad en la frontera con Siria, crucial para la región, y las peticiones pasadas de Jordania a Estados Unidos para el despliegue de sistemas de defensa antimisiles indican la creciente preocupación por el peligro de arrastre a la guerra en Gaza.