Donald Trump se presentaba este martes ante la ONU por segunda vez desde que es presidente de EEUU. Lo hizo con un discurso en el que fueron muchas las claves a destacar. Desde sus amenazas a las críticas a Irán, la petición para Venezuela o la contrariedad que le supone la globalización.
El presidente americano dejaba claro el giro de su discurso hacia el nacionalismo. Cada vez más alérgico a la globalización, Trump redoblaba además sus amenazas a Irán y China.
Trump llegaba a la sede de la ONU más tarde de lo previsto, cuando la ceremonia ya había arrancado. Un retraso que obligó a adelantar la intervención de Ecuador y dejar para más tarde la de EEUU. No llevaba ni un minuto hablando cuando ya despertó las risas de muchos. Lo hizo al elogiar sus propias políticas.
Lo que siguió durante los 30 minutos posteriores fue un discurso plagado de claves y que hizo a Trump apisonadora contra el resto de países. Aunque, sin duda, hubo un enemigo principal: Irán.
El país se llevó una buena riada de ataques. Trump pedía que se acabara con la «corrupta dictadura» de Teherán. «Pedimos a todas las naciones aislar al régimen iraní mientras continúen sus agresiones», decía el presidente americano. «No podemos permitir que el principal patrocinador del terrorismo en el mundo posea las armas más peligrosas del mundo», añadía.
Desde que EEUU se apeara del pacto nuclear con Irán, las sanciones estadounidenses han asfixiado al régimen de Teherán.
También tuvo Trump fuertes críticas para China. Aunque calificó a Xi Jinping como «un amigo», lo cierto es que se mostró muy duro con el país. Aseguró que el líder chino lleva años sacando provecho de EEUU con malas artes. Y le acusó de agudizar el desequilibrio comercial entre ambos países.
Entre las claves de su discurso, también, apenas una mención a Rusia y críticas a Alemania por su proyecto de oleoducto con el país ruso.
Por último, entre sus críticas, Venezuela y, de paso, Cuba. Trump recordó los dos millones de refugiados venezolanos y pidió reestablecer la democracia en el país latino.
Por el contrario, y a diferencia de lo que ocurriera el año pasado, Trump defendía en la ONU a Kim Jong Un. Mostraba su optimismo por la desnuclearización de Corea del Norte y agradecía a su líder el «coraje demostrado». Se mostraba confiado en una segunda reunión con Kim, a quien no dejó de dirigir buenas palabras.
EEUU
Sobre su propio país, y alejándose de nuevo de la globalización, Trump aseguró que lo que antes era «hacer grande a EEUU otra vez», se ha convertido ahora para los inmigrantes es «quedarse en casa para hacer a sus países grandes otra vez».
Trump insinuaba además que la inmigración estaba vinculada al tráfico de menores. Un guiño a sus propios seguidores en un discurso que más bien parecía de campaña que para la ONU.
De hecho, el presidente americano no hacía casi referencias a la política de cooperación con el resto del mundo.