«Y hoy ha venido a divertirse a El Hormiguero…». Nadie, ningún famoso acudió al programa presentado por Pablo Motos durante la primera semana de confinamiento duro en España. Tanto Motos como sus colaboradores más cercanos estuvieron repensando durante aquella semana de marzo de 2020 cómo continuar con el programa sin la posibilidad de que viniesen invitados y con un equipo de trabajo mucho más reducido por culpa de la vertiginosa expansión del coronavirus.
En aquellas reuniones virtuales a alguien del equipo se le encendió la bombilla y lanzó una propuesta: incluir una tertulia en el programa con el objetivo de cumplir una labor social muy importante en aquellos tiempos: entretener y conseguir que la audiencia se olvidase -durante unos minutos- de las aterradores cifras de contagiados y fallecidos por la Covid-19.
Capacidad de adaptación
Desde aquel martes 24 de marzo hasta finales de mayo de 2020, El Hormiguero se reinventó. No era viable traer al plató a estrellas internacionales, así que los entrevistaron por Zoom. No era posible preparar grandes escenarios para realizar un reto prácticamente imposible como salir de un coche que está sumergido en el agua, o hacer una carrera de Karts en el «backstage» del programa; así que esos minutos de directo los dedicaron a un monólogo inicial de Pablo Motos en el que reflexionaba sobre la vida y acerca de lo que estábamos aprendiendo con el encierro.
Tampoco era posible llevar a cabo todas las secciones del programa. La reducción de la plantilla no les permitía seguir adelante con secciones fijas como la ciencia o la magia, pero también les impedía continuar con apartados más intermitentes, como las apariciones de Antonio Resines, los retos de Pilar Rubio o los trucos caseros de Marta Hazas. En sustitución, todos los días, de lunes a jueves, tuvo lugar una tertulia entre varios colaboradores del programa, Pablo Motos y las dos hormigas. Un formato más barato que los impresionantes experimentos científicos que presenta Jorge Marrón y que nunca se había utilizado en los 14 años de vida del «show».
Las tertulias, una sección más de El Hormiguero
Este nuevo formato fue un éxito. Los colaboradores hacían reír a los telespectadores y, sobre todo, les rescataban durante un rato de las noticias negativas de la jornada. De este modo, cuando terminó el confinamiento y se inauguró «la nueva normalidad», Pablo Motos y su socio, Jorge Salvador, optaron por seguir con su mesa redonda de entretenimiento porque quedó demostrado que, a muchos españoles, lo que más les gusta es sonreír y escuchar buenas historias.
La tertulia del confinamiento se dividió en dos tipos. Por un lado, -los lunes generalmente- una divertida conversación entre Motos, Marrón, Piedrahita, El Monaguillo y las hormigas; donde el presentador valenciano suele preguntar a sus colaboradores sobre algún tema que dé pie a la exposición de una anécdota divertida.
Por otro lado, un debate de actualidad que tiene lugar, habitualmente, los jueves. En este caso, Pablo Motos recupera algunos de los temas más importantes de la semana para que los tertulianos –Cristina Pardo, Tamara Falcó, Nuria Roca, Juan del Val y las hormigas- reflexionen y expongan sus argumentos al respecto. De hecho, el pasado jueves 18 de marzo, la VI marquesa de Griñón disparó la curva de interacciones en Twitter con su opinión sobre Pablo Iglesias y Unidas Podemos. «Podemos, en Madrid no te queremos», manifestó la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó cuando fue preguntada sobre la candidatura del vicepresidente del Gobierno a la Comunidad de Madrid.
Actualmente, un año después de la llegada de la pandemia y de la irrupción de las tertulias en El Hormiguero, este formato continúa siendo una de las secciones de más peso, ya que en dos de los cuatro días de la semana en los que se emite este programa de Antena 3 hay «charla» al final de la emisión.