No ha habido sorpresas. Podemos ha cerrado el relevo de Pablo Iglesias al frente del partido, tarea que asume -como se esperaba- la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, con el apoyo del 86 por ciento de las bases que han votado, y con la petición a su militancia de «soñar» con un futuro mejor frente al odio que propugnan los partidos de la «foto de Colón».
Más de un millar de personas asistieron ayer, domingo 13 de junio, presencialmente a la cuarta Asamblea Ciudadana de Podemos, su Vistalegre IV, que ha puesto fin a la era Iglesias al proclamar a Belarra como secretaria general con los votos de 45.753 inscritos frente a los 53.167 que sirvieron para refrendar a Pablo Iglesias en su anterior congreso en mayo de 2020 (un 92 por ciento de los que votaron en aquella ocasión).
Alrededor de 53.500 inscritos han votado en el proceso de primarias de Podemos. La cifra de participación ha estado en torno al 10% de los inscritos en la formación morada (que en total son más de 530.000)
La recién estrenada secretaria general de la formación es la sucesora de Iglesias en todos los sentidos, ya que también sustituyó al exvicepresidente tercero del Gobierno en el ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030 cuando este decidió presentarse a las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid.
La nueva ejecutiva del partido será continuista
Junto a Belarra también ha sido elegidos 97 miembros de su equipo con quienes conformará la dirección, el Consejo Ciudadano Estatal y el Consejo de Coordinación -la ejecutiva-, en la que continúan los pesos pesados de la anterior etapa como Irene Montero, Pablo Echenique, Isa Serra, Rafael Mayoral o Juanma del Olmo.
Los nombres de la nueva dirección morada apuntan a una línea de continuidad con el proyecto que Iglesias ha abandonado al renunciar a toda actividad política tras los malos resultados de las elecciones autonómicas en Madrid.
Objetivos del «nuevo Podemos»
Y las primeras palabras de Ione Belarra también enfocan a ello: «soñar» e «imaginar» un futuro mejor, defender los derechos sociales con vocación de convertirse en la primera fuerza progresista del país y de liderar el bloque de «dirección de Estado» que comparte con otras confluencias y fuerzas políticas «hermanas».
Lo nuevo que quiere aportar Belarra es dejar atrás el hiperliderazgo que ejercía Iglesias, construir un partido más «coral y plural», con una feminización «absoluta» para la que se ha rodeado de las mujeres con más visibilidad de Podemos, y recuperar la implantación territorial perdida, que le ha costado a la formación morada una pérdida de apoyos paulatina en cada una de las últimas elecciones a las que ha concurrido.
A partir de ahora, queda establecido que en Unidos Podemos habrá un liderazgo bicéfalo. Ione Belarra va a ser la líder orgánica de la formación, mientras que Yolanda Díaz, vicepresidenta cuarta y ministra de Trabajo, será la cara visible de Unidas Podemos en el Gobierno y en los comicios venideros.