El Real Madrid de los imposibles vuelve a protagonizar otra noche histórica para el fútbol español. La final en París no tuvo forma de remontada como en anteriores encuentros, pero tuvo algo de épica tras haber sido superado en lo técnico por un Liverpool vertiginoso, que encerró al equipo dirigido por Carlo Ancelotti en su área. El Madrid suma su decimocuarta Champions en una edición sufrida y agónica por la épica con la que se ha conseguido tras vencer al PSG, Chelsea y Manchester City. Un gol a cero con tanto de Vinicius Jr. en el minuto 59 que vale una Champions, consagración de Thibaut Courtois como portero indiscutible y la leyenda de Karim Benzema, que suma argumentos para ganar el Balón de Oro este año.
En el fútbol no hay milagros, dicen, pero cuando suceden, suelen estar teñidos de blanco. Bastó aguantar el partido con numerosas paradas de Courtois para dar el primer golpe y meterse medio trofeo en el bolsillo. Todo gracias a una noche mágica del portero belga que los madridistas recordarán por sus nueve paradas y por haber parado el 81% de disparos en la competición europea.
Courtois se convirtió en un muro inquebrantable para el Liverpool
Un gol anulado al Real Madrid por el VAR antes del descanso insufló confianza a un Liverpool, intenso y atrevido en la presión que tuvo multitud de ocasiones para marcar goles y apagar el sueño blanco. Pero no parecía estar Courtois muy por la labor, que se convirtió en un muro que el Liverpool fue incapaz de derribar en los más de 98 minutos de partido en París.
No pudo ser al borde del descanso con el tanto anulado a Benzema. Pero el mensaje estaba lanzado. No hay equipo en el mundo con mayor capacidad de resiliencia que el Real Madrid. Las lecciones de las eliminatorias debía repetirlas lejos del Santiago Bernabéu, sin su misticismo. Y fue cuando apareció la facilidad de Fede Valverde para superar líneas enemigas, soltar un disparo a la nada y sacar oro de una de las claves del partido: la espalda de Arnold. Ahí aparecía Vinícius para poner el broche de oro a su año más goleador.
Benzema perdonó el gol de la coronación y Ceballos la contra final
Cada minuto que pasaba era un paso más hacia la decimocuarta. En plena exhibición defensiva, dando todo en cada balón, achicando como pudo, siempre en manos de Courtois que sacaba el desvío de Jota al chut de Salah. El Liverpool terminaba cada jugada y el portero belga se convertía en el hombre de la final con otra mano a Salah. Benzema perdonó el gol de la coronación y Ceballos la contra final. Ya daba igual, el último paso a una Liga de Campeones repleta de mérito, ya estaba dado. El Real Madrid es, de nuevo, campeón de Europa.
