Casi un mes después de estallar el caso Pegasus, o ‘Catalangate’, como también se ha denominado, el software de espionaje israelí Pegasus se ha cobrado la primera víctima. Paz Esteban, primera mujer al frente del Centro Nacional de Inteligencia, se ha convertido en la primera persona en caer tras el espionaje a móviles de políticos a través del sistema Pegasus, entre ellos, el propio presidente Pedro Sánchez y varios ministros. El Gobierno de coalición se ha dotado de argumentos gracias al informe del Centro Criptológico Nacional, adscrito al CNI, sobre la investigación a los teléfonos infectados y con este movimiento intenta complacer a Podemos y los socios de investidura.
Su cese llega apenas cinco días después de que compareciese en la comisión de secretos oficiales del Congreso, en la que reconoció el espionaje, con autorización judicial, a una veintena de políticos independentistas, entre ellos el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, si bien entonces no entró en el ‘hackeo’ de los terminales de Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de los que sí había informado el Gobierno.
Las explicaciones que ofreció a los diputados no convencieron a la formación morada ni a ERC, JXCat y la Cup, que insistieron en pedir su cabeza, frente al respaldo sin fisuras que la directora del CNI recibió por parte del PP, Vox y Cs, además del grupo socialista. Unidas Podemos y los socios independentistas pedían un paso más en la crisis, que se ha dado con la destitución de Paz Esteban como directora del CNI.
Apoyo entusiasta de Robles
Esteban llegó a la dirección del CNI con el propósito de «dar un salto cualitativo» para hacerla «más moderna, más flexible e integrada», revisar su estructura interna, completar un «proyecto de transformación digital» y acercarla a la ciudadanía. Lo dijo en su toma de posesión, el 10 de febrero de 2020, en presencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que había apostado por ella para el cargo y que la ha apoyado de manera entusiasta hasta el último momento.
La reacción de las formaciones políticas no se ha hecho esperar. ERC ve con buenos ojos el cese, aunque sigue señalando a Robles, porque consideran «insostenible» la situación con la ministra de Defensa. Unidas Podemos, por su parte, pide «no cerrar en falso» el espionaje y sigue apuntando a Robles, aunque no lo hace de manera tan explícita como ERC.
El PP y Vox han vuelto a cerrar filas en la derecha y han criticado duramente a Pedro Sánchez. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo ha dicho que el cese es «injustificable» y que el paso es una «auténtica afrenta» a España. Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha ido más allá y ha calificado de «autocracia» la respuesta del Ejecutivo a la crisis por el caso Pegasus.