El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, regresa este viernes 8 de abril a España tras su reunión con Mohamed VI en la que pactaron el inicio de una nueva etapa en la relación bilateral que conlleva la reapertura gradual de las fronteras en Ceuta y Melilla.
Un acercamiento de posiciones motivado por el cambio de postura de España en la disputa territorial entre el Sáhara Occidental y Marruecos, anunciado por el presidente Sánchez, de apoyar y reconocer «la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos, así como los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable», en un claro cambio de criterio que no ha obtenido el apoyo de ningún grupo parlamentario español en el Congreso más allá del PSOE.
Noche en Rabat
Sánchez viajó el jueves a Rabat acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo ese encuentro con el rey y fue invitado a acompañarle en la ruptura del «iftar», la celebración del fin del ayuno con motivo del ramadán.
Tras una conferencia de prensa en la que informó de los acuerdos adoptados en la reunión, el jefe del Ejecutivo español pernoctó en Rabat y esta mañana se desplazó al aeropuerto de la capital marroquí, donde fue despedido con honores, para regresar a España.
El viaje de Sánchez a Rabat es considerado un «éxito» por fuentes españolas porque aseguran que se cierra definitivamente la crisis diplomática abierta hace un año y se inicia una nueva etapa cuyos resultados concretos se van a ir viendo de forma paulatina.
Reapertura de fronteras en Ceuta y Melilla sin fecha fijada
Uno de los acuerdos más importantes, tal y como expuso Sánchez en su rueda de prensa, fue la reapertura gradual y ordenada de las fronteras terrestres en Ceuta y Melilla y que incluirá la puesta en marcha de sendos puestos aduaneros de mercancías aceptados por las autoridades marroquíes.
Fuentes diplomáticas españolas resaltaron la trascendencia del acuerdo relativo a la instalación de esos puestos aduaneros en Ceuta y Melilla y su reconocimiento por parte de Marruecos, lo que supone implícitamente la asunción de la españolidad de ambas ciudades.
Marruecos no había aceptado hasta ahora un puesto aduanero en Ceuta aunque sí lo había permitido en Melilla hasta que se cerró en 2018.
No hay una fecha prevista para la reapertura ya que insisten en que el grupo de trabajo que se creará al efecto debe analizar la situación y evitar que pueda haber situaciones de caos o falta de control policial.