Venezuela está a punto de cumplir su primera semana tras la implantación del nuevo bolívar como moneda. También del resto de medidas económicas tomadas por Nicolás Maduro para evitar la hiperinflación. Pero, ¿cómo le está yendo al país? ¿Ha conseguido parte de su objetivo? La respuesta es que no.
Pese a que el bolívar nuevo ha rebajado en cinco ceros la moneda local, ésta ha seguido depreciándose en los mercados secundarios. Tanto es así que lejos de los 60 bolívares por dólar, en algunos índices se suba a 90 e incluso a 120. Es decir, una devaluación cercana al 50%, que se suma a la del 96% que se reconoció oficialmente al lanzar la nuevo moneda.
La reacción del mercado en los primeros días, así, ha sido mala. Los nervios siguen empujando a los precios. Para evitarlo, Maduro se ha empeñado en imponer una lista de productos básicos cuyo precio no se puede modificar. La nueva normativa obliga así a empresarios y productores a respetarlos y difundirlos. Una medida que muchos auguran contraproducente. Podría provocar el recrudecimiento de la escasez y la inflación.
La nueva lista deja la cesta básica en un coste de 117.000 bolívares soberanos. Así, el kilo de carne, por ejemplo, se ha establecido en 90 bolívares. Prácticamente el mismo precio que con la moneda anterior.
Detenciones
Mientras estos primeros días crecía la confusión respecto al nuevo bolívar, la Policía venezolana detenía a varios empresarios. Todos acusados de acaparamiento y recálculo fraudulento del nuevo bolívar.
No es la primera vez que pasa. En los últimos años, ejecutivos del comercio Día a Día han sido acusados de especulación, enviados algunos meses a prisión y liberados después con alguna medida judicial sustitutiva.
Además, el fiscal general, Tarek William Saab, ha encargado a más de 100 fiscales de todo el país para ayudar a la Policía y la Guardia Nacional a controlar los precios del Gobierno.
Así, los primeros días del nuevo bolívar no han sido, sin duda, lo esperado por el Gobierno de Maduro.