Los militares serán los primeros en China en probar la vacuna contra el Covid-19 que desarrolla el país. Tras superar las dos primeras fases de ensayos clínicos, y sin esperar a la tercera, las autoridades chinas permitirán que el Ejército sirva de conejillo de india.
Desarrollada por la farmacéutica china Cansino, en colaboración con la Academia de Ciencias Militares, la vacuna se probará durante un año en los militares. Se trata de una de las ocho que están en ensayos ya en el país asiático. En todo el mundo son una docena de vacunas las que han iniciado sus pruebas en humanos. El proceso para dar con una efectiva aún durará unos meses.
En un intento por ganar la carrera mundial de la vacuna, el Gobierno chino ha decidido acortar los plazos necesarios. Por eso, se probará en el Ejército. A ella se sumarán las otras dos vacunas experimentales que ya se han probado con trabajadores de empresas estatales que tienen que viajar al extranjero.
Así, en lugar de pedir voluntarios, China tiene en sus funcionarios los conejillos de indias necesarios para probar sus vacunas. Al parecer, la de Cansino es la que va ganando terreno después de reportar resultados “prometedores” en las dos primeras fases de ensayos clínicos.
“Las pruebas demuestran que una simple dosis de la nueva vacuna contra el Covid-19 produce anticuerpos específicos del virus y células T en catorce días, convirtiéndose en un candidato potencial para una investigación más profunda”, dijeron sus creadores hace un mes.
La más aventajada
Pesea al éxito de China, parece que la vacuna más aventajada es la creada por la Universidad de Oxford.
Sus investigadores aseguran que podrían tener listas millones de dosis en septiembre u octubre. Justo para una posible segunda oleada. A la vez que se realizan los ensayos clínicos, sus creadores están produciendo grandes cantidades de dosis. Por lo que si los resultados son buenos, podría lanzarse al mercado inmediatamente, sin esperar tiempos de producción.
Basada en virus vivos, esta vacuna es fácilmente producible. Y además barata en costes, lo que la convierte en la mejor candidata para terminar con la pandemia.