Con una población de 47 millones de habitantes, España ha reportado más de 182.000 contagios y más de 19.000 muertos. Lo que supone 38,64 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Portugal, con más de 18.000 casos confirmados y solo 567 muertos, se sitúa en 5,51 fallecidos por cada 100.000 habitantes. ¿Por qué tanta diferencia?
Sin duda, la anticipación fue fundamental en el caso de Portugal. Aunque hay otros factores que también explican que el país haya logrado controlar la pandemia. Entre ellos, el hecho de que el coronavirus llegara más tarde que en otros países. Como España o Italia.
El primero caso se confirmó el pasado 2 de marzo. Para entonces, España contaba ya con 150 positivos. E Italia sumaba más de 2.000 contagios y ya 52 muertos. Portugal tuvo tiempo de ver lo que pasaba en los países del sur de Europa y actuó en consecuencia.
Sin contabilizar ningún muerto, Portugal decidió cerrar colegios y universidades. Con unos pocos casos, se decretó el confinamiento. Algo vital para evitar una rápida propagación. Lo que no sucedió en España. Los lusos aprendieron de lo que estaba sucediendo en el país vecino y entendieron los errores españoles para no repetirlos.
De hecho, España decretaba el estado de alarma el 14 de marzo, con más de 6.200 casos confirmados y 191 muertos. Portugal lo hacía un día antes, con solo 112 positivos y ningún fallecido por Covid-19.
Las medidas se endureciendo cinco días después, cuando declararon el estado de emergencia. Supuso el cierre de todos los comercios no esenciales y el confinamiento general de la población. Para es momento, Portugal registraba solo 642 casos y dos víctimas mortales.
Colaboración ciudadana
Otro factor fundamental, aseguran, ha sido la colaboración ciudadana. Los portugueses aceptaron las medidas entendiendo que eran la mejor solución. Muchos, incluso, se quedaron en casa antes de que el confinamiento fuera obligatorio.
El respeto por las normas, dicen los expertos en el país luso, fue sin duda fundamental para parar la pandemia.
Unidad política
Si los ciudadanos portugueses fueron ejemplares, no menos lo fue la clase política. Mientras en España la división es patente, en Portugal Gobierno y oposición van a una.
El líder de la oposición, Rui Rio, se hizo viral al desear en el Parlamento “coraje, nervios de acero y mucha suerte” al Gobierno. “Por su suerte es nuestra suerte”, dijo. “Señor primer ministro, cuente con la colaboración del PSD. En todo lo que podamos, ayudaremos”, decía también.
Este pasado martes, enviaba a sus militantes una carta pidiendo contención en las críticas hacia el Gobierno. Y recordaba que éste es un momento importante para el país, por lo que todos deben estar unidos para vencer la crisis. Nada que ver con los broncos debates que se producen entre los políticos españoles.
En cualquier caso, Portugal se verá abocado a una nueva recesión económica. Lo hará en un momento en que comenzaba a recuperarse notablemente tras la crisis de 2008. El Gobierno luso calcula una caída de la economía del 5 ó 6%. Otros analistas la suben hasta el 8 ó 9%, similar a la de España. Pero lo que sí ha evitado Portugal en todo caso ha sido una crisis sanitaria y unas cifras inconcebibles de fallecidos por coronavirus.