La Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) se enfrenta a una grave crisis financiera después de perder la mitad de su presupuesto en tan solo 96 horas. Dieciséis países, que representaban el 50% de la financiación de la agencia, han suspendido sus aportaciones debido a la presunta implicación de 12 empleados en un ataque ocurrido el 7 de octubre.
La UNRWA, que proporciona servicios esenciales a 5,9 millones de personas y desempeña un papel fundamental como actor humanitario en Gaza, ha despedido a nueve de los empleados involucrados y está investigando la identidad de los otros dos. La agencia estima que solo podrá operar hasta finales de febrero con los fondos restantes. Sus actividades incluyen la provisión de educación (59% del presupuesto), gestión de clínicas, asistencia alimentaria, microcréditos y apoyo a madres solteras.
El impacto económico no solo afecta a los refugiados sino también a los 30,000 trabajadores de la UNRWA en áreas como Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, Siria, Líbano y Jordania. La situación es particularmente preocupante en Gaza, donde la agencia es el principal actor humanitario en un enclave descrito como «inhabitable».
Acusación contra empleados de la UNRWA
La acusación contra los empleados de la UNRWA proviene de un ataque de Hamás el 7 de octubre, y la suspensión de fondos ha sido realizada por países como Austria y Japón, este último siendo el sexto mayor contribuyente. Sin embargo, algunos países, como España, Irlanda y Noruega, han anunciado que mantendrán sus aportaciones. La Comisión Europea, el tercer contribuyente más grande, espera los resultados de la investigación interna de las Naciones Unidas antes de tomar una decisión.
La Organización Mundial de la Salud ha instado a revertir la decisión de suspender fondos, argumentando que perjudicará a la población de Gaza en un momento crítico. Mientras tanto, Israel ha suministrado a la ONU un dossier que detalla las acusaciones contra los empleados, incluyendo secuestro y participación en actos violentos.
Esta crisis financiera agrega presión a la UNRWA, que ya arrastraba problemas de financiación desde años anteriores. Con un presupuesto dependiente en gran medida de contribuciones voluntarias, la suspensión de fondos por parte de Estados Unidos y Alemania ha dejado un vacío significativo en las finanzas de la agencia. Israel ha mantenido una campaña de largo alcance acusando a la UNRWA de contribuir a perpetuar el conflicto en Oriente Próximo y de connivencia con Hamás.