Situada en la calle San Marcos, en el número 8, se erige la Taberna San y Sidro. Un local moderno y de autor pero comida castiza en pleno centro de Chueca. Alta cocina asequible a todos los bolsillos, abierta por un grupo de amigos y jóvenes emprendedores.
Al frente de sus fogones, uno de ellos, Aldo Sebastianelli, de 23 años, italiano de sangre e intenciones que quiere demostrar que la cocina de autor está al alcance de cualquier bolsillo.
San y Sidro es un restaurante con una oferta gastronómica a precios más que razonables. Y adaptada a las nuevas necesidades de los clientes. Donde se aprovecha todo de los ingredientes de primera calidad.
Carta de alta cocina
Entre sus platos destacada la carrillada de ibérico cocinado durante 24 horas con cebolla roja encurtida, crema de batata y picatostes. También el canelón de cochinita pibil, bechamel de mole poblano y torrezno. O el peculiar atún en semisalazón con espuma de ajo blanco, arroz inflado y sofrito de tomate rosa.
Los raviolis de calabaza y manzana con crema de gorgonzola con cristales de bacon, la merluza a 65 grados en vinagreta de granada y ciruelas con chalotas glaseadas o el lomo de vaca vieja a la parrilla trinchado con sus pimientos del padrón son algunos de los platos elaborados en el nuevo restaurante de Chueca.
Sus creadores destacan que uno de sus puntos fuertes son los postres. Entre ellos, la tarta de queso con toque de curado y el especial huevo Kinder, fundido con chocolate infusionado con pétalos de rosa y en su interior bizcocho de zanahoria con frutos rojos y crema de kínder bueno. La excelente materia prima de San y Sidro es la base de la propuesta gastronómica, que se completa con un menú del día de 12,50 euros.
A este nuevo local no le falta espacio. Una amplia zona de barra con mesas altas ofrece una carta muy especial para aquellos que no quieran sentarse en mesa o simplemente para tomar una copa.
Es el escenario perfecto para las celebraciones, para disfrutar de diferentes tipos de cócteles y combinados de alta precisión o para gozar plenamente del afterwork.