“Dicen que se están produciendo muchas violaciones en Davao. Si hay muchas mujeres bonitas, habrá muchas violaciones”. Así se expresaba Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, este jueves sobre el aumento en los casos de abusos sexuales en la ciudad en la que fue alcalde durante veinte años. Es la última de una larga lista de ‘perlas’ sexistas que ha dejado en sus años de mandato.
Mujeriego confeso y conocido internacionalmente por sus discursos fuera de tono, vuelve a estar en el centro de la polémica. Aunque no es la primera vez. Ni, probablemente, en vista de su currículum, la última. Y es que sus comentarios misóginos, sexistas y despectivos hacia las mujeres son constantes.
Uno de los casos más sonados fue cuando a principios de junio forzó a una mujer a besarle en los labios en un acto público. Fue en un encuentro con la comunidad filipina de Seúl y su actitud desató incluso manifestaciones en las calles.
Pocas semanas después, aseguraba que prefería contar con hombres en su Gobierno porque “pueden recibir un aluvión de órdenes sin quejarse”. Mientras tanto, decía que las mujeres solo eran adecuadas para otros puestos. Como Turismo o Educación.
De sus críticas no se ha librado ni la vicepresidenta de Filipinas, la liberal Leni Robredo. De ella ha dicho que “no tiene lo que hace falta para liderar un país”. Y este mismo jueves insistía en que prefiere para el país 12 un “dictador como Marcos que una presidente como ella”.
Además, en febrero de este año instó a los militares filipinos a disparar en la vagina a las guerrilleras comunistas para que no pudieran tener hijos.
El año pasado bromeó con el caso de una monja australiana violada y asesinada en 1989. Y, en otro discurso, llegó a “ofrecer 42 vírgenes” a cada turista que visitara Filipinas.
El caso de Davao
Según los últimos informes de la Policía Nacional de Filipinas, Davao se sitúa a la cabeza del país como la localidad con mayor número de asaltos sexuales. Hasta un total de 42 incidentes de este tipo sólo en el segundo trimestre de 2018.
Alcalde de Davao durante veinte años, le sucede en el cargo su hija Sara, quien se ha librado de las críticas. Algunos senadores y congresistas la perfilan ya como candidata para sustituir a su padre al frente de Filipinas.
