El debate sobre el aborto sigue (y seguirá) abierto en Argentina pese al rechazo del Senado. Los grupos que apoyan la ley que despenalizaría la interrupción del embarazo continuarán con su vigilia y presionarán para lograr este derecho. Así, el futuro no será un frenazo sino solo un obstáculo en el camino.
Y es que Argentina, tras el rechazo, se ha quedado estancado en una ley de 1921. Fue entonces cuando se aprobó la vigente ley, que sólo permite el aborto en caso de violación o riesgo para la salud de la madre. Sin embargo, algo ha cambiado en el país. Y es que la sociedad está completamente dividida. La movilización masiva a favor del cambio de legislación seguirá en pie de guerra.
Movilizaciones sin tregua
Pese al mazazo del ‘no’ en el Senado, las movilizaciones a favor de la ley continuarán. También la lucha de los políticos que han apoyado la ley. «Esto es un triunfo monumental porque hemos logrado colocarlo en el debate nacional. Nadie podrá parar a la oleada de la nueva generación. Será ley, habrá ley, contra viento y marea», decía el senador Pino Solanas en uno de los discursos más aplaudidos por la llamada «marea verde».
El futuro según Macri
El Gobierno de Macri, pese a estar en contra, no parece oponerse a que pueda haber progresión al respecto. El presidente argentino ha asegurado que el debate seguirá abierto. Tanto es así que se ha mostrado a favor de incluir la despenalización del aborto en la reforma del Código Penal. Y es que las mujeres que abortan fuera de los supuestos que contempla la ley se enfrentan a cuatro años de cárcel.
Esta despenalización se ha visto ya como un primer paso para que el aborto pueda ser legal. También para que pueda realizarse de forma gratuita y segura. Eso sí, las organizaciones feministas tendrán que esperar al año que viene para presentar de nuevo el proyecto de ley. Y es que hasta 2019 no podrá volver a tratarse en el Congreso.
De momento, Argentina ha conseguido que sea visto como un problema de salud pública. Y los grupos a favor del aborto están convencidos de que es sólo cuestión de tiempo que las mujeres del país no sean forzadas a dar a luz. Podrán elegir cómo y cuándo ser madres.