La política del Gobierno italiano respecto a inmigración comienza a tener sus primeras consecuencias en la propia sociedad del país. Una ola de agresiones racistas ha puesto de nuevo el foco en el trato del Ejecutivo hacia los migrantes. Y han comenzado a saltar las alarmas.
Sobre todo, tras el último ataque, sufrido por la atleta italiana Daisy Osakue. La joven, de padres nigerianos, se dirigía a su casa en la localidad de Moncalieri cuando desde un coche en marcha le lanzaron varios huevos. La atleta ha sufrido daños en un ojo y ha tenido que ser operada de una lesión en la córnea. Algo que podría poner en riesgo su participación en los Europeos de atletismo de Berlín que se celebran este próximo 6 de agosto.
Aunque la policía italiana pide cautela, todo parece indicar que se trata de una nueva agresión racista. Y no es la primera en las últimas semanas. La propia Osakue así lo ha denunciado en redes sociales. “Ha sido un ataque estúpido y gratuito. Un ataque racista. No querían agredirme a mí como Daisy, sino que deseaban atacarme como chica negra”, ha dicho.
Este tipo de episodios se ha repetido con asiduidad en los últimos tiempos en Italia, lo que ha despertado todas las alarmas. “Los ataques contra personas de distinto color de piel son una emergencia. Esto es ya una evidencia que ninguno puede negar, sobre todo si se sienta en el gobierno de Italia”, ha dicho el exprimer ministro italiano Matteo Renzi.
Invención de la izquierda
Por el contrario, desde el Gobierno se asegura que todo es invención de la izquierda. Además, les acusa de haber permitido la entrada a inmigrantes de manera masiva. “Toda agresión va castigada y condenada, pero ciertamente la inmigración de masas permitida por la izquierda en los últimos años no ha ayudado”, dice Matteo Salvini, ministro del Interior italiano.
Pese a ello, pocos dudan de la espiral racista en Italia. Algo que corrobora esta ola de agresiones xenófobas. También el hecho de que cada vez son más los que creen que pueden usar la violencia contra quien les ocasione molestias.