No ha habido sorpresas. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha vuelto a rechazar la excarcelación o la concesión de un permiso penitenciario para que Jordi Sànchez pueda acudir al Parlamento catalán a la sesión de investidura, convocada para este viernes.
Jordi Sànchez pidió el pasado 10 de abril a Llarena que le permita someterse a la investidura como presidente de la Generalitat, de conformidad, según alega, con el “requerimiento” del Comité de Derechos Humanos de la ONU para que se garanticen sus “derechos civiles y políticos”.
El magistrado ha negado no solo el permiso, sino la libertad provisional o incluso la tercera petición de Sànchez, la de participar en el pleno por videoconferencia. En los tres casos argumenta el riesgo de reiteración delictiva, un argumento que ya ha valorado antes el juez.
EN SOTO DEL REAL DESDE EL 16 DE OCTUBRE
Es la segunda vez que el juez Llarena deniega la posibilidad de que el expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) sea elegido presidente de la Generalitat. La ocasión anterior fue justo hace un mes, cuando Sánchez se convertía en candidato por primera vez y el juez no autorizó dejarle en libertad para poder acudir al pleno de investidura fijado para el pasado 12 de marzo, que finalmente se suspendió.
El juez instructor apreciaba riesgo de reiteración delictiva y señaló en su auto que hay otros candidatos “con el mismo número de apoyos” en los que no se aprecia el mismo riesgo. Jordi Sànchez se encuentra en la prisión de Soto del Real desde el pasado 16 de octubre y está procesado por el delito de rebelión.