El Parlamento de Venezuela censuraba este pasado martes a José Luis Rodríguez Zapatero como mediador en el país. Lo hacía en una votación que profundizaba aún más las diferencias internas de la propia oposición. Por sólo diez votos, -53 contra 43-, se decidía que el ex presidente español no vuelva a ejercer como mediador.
Un papel que desarrollaba entre el Gobierno de Maduro y el antichavismo. El Parlamento venezolano ha considerado que Zapatero «ha demostrado en reiteradas oportunidades su incondicional parcialidad en favor de los intereses autocráticos del Gobierno nacional».
Por primera vez en tres años de mayoría opositora en la Asamblea Nacional, la votación salía por un estrecho margen. Algo que deja al descubierto las diferencias suscitadas por las acciones y declaraciones de Zapatero.
Así, el partido del preso político Leopoldo López, Voluntad Popular, presentaba su propia propuesta. El objetivo era salir del callejón sin salida al que había llevado a la oposición el bloque el pasado 16 de junio, conformado por los seguidores de María Corina Machado y el ex alcalde exiliado Antonio Ledesma. Éste último pretendía además nombrar a Zapatero persona non grata. Primero Justicia y La Causa R se unieron a todos ellos para sacar adelante la resolución final.
Enfrente, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y dos antiguos miembros de la comisión opositora en las negociaciones de 2017 y 2018. Se trata del llamado bloque pacifista, dispuesto a avanzar, dicen, en los diálogos con el Gobierno.
División de Venezuela
La diputada Delsa Solórzano aseguraba que «un hombre como Zapatero nos divida es una vergüenza».
Por su parte, los tres partidos que sí votaron contra Zapatero han radicalizado sus posturas. Sobre todo, desde el pasado mes de mayo, con la detención, exilio o persecución de sus líderes.
Desde entonces, de hecho, Zapatero no ejerce en la práctica como mediador, sino como un enviado especial del Gobierno, con mucho poder.