El doctor Anthony Fauci, principal responsable científico del Covid-19 en EEUU, -el Fernando Simón americano-, ha asegurado que el crecimiento de casos de contagios en el país es «inquietante». Lo ha avisado este pasado martes en el Congreso, donde ha participado en una audiencia del Comité de Energía y Comercio.
Fauci ha alertado de que sin la capacidad de identificar a los contagios y aislar a los afectados, así como rastrear a los contactos, la situación en EEUU empeorará notablemente. Todo además, en un momento en que el país avanza en la reapertura y se relajan las medidas de restricción.
La preocupación llega tras conocerse que un total de 25 estados, la mitad del país, ha registrado sus cifras más altas de casos. En comparación con las de una semana antes. Destacan estados como Arizona, California, Florida o Michigan. Fauci ha señalado que se acaba el tiempo para abordar el crecimiento de los contagios y que las dos semanas serán «críticas».
«Vamos a acabar de regreso a donde estábamos», ha dicho tajante. Al tiempo, ha dejado claro que si EEUU no logra controlar la pandemia para el otoño «esencialmente estaremos persiguiendo un incendio forestal». El objetivo, dice Fauci, es controlar por completo al virus en lugar de solamente mitigarlo.
Por eso, ha pedido que no se asista a «multitudes» y, si se hace, sea con mascarilla.
El más afectado
EEUU es, de lejos, el país más afectado por la pandemia del coronavirus. Tras unas medidas relajadas de confinamiento, se contabilizan más de 2,3 millones de contagios. Y se rozan las 121.000 muertes.
Al igual que los países europeos, a Trump le estallaba el virus sin haber puesto remedio previo. Sin embargo, al contrario que en Europa, EEUU se mostró más laxo en las medidas. Tanto es así que desde la Casa Blanca se instaba desde el principio a no parar la economía.
Como la mayoría de sistemas sanitarios, el del país americano colapsaba. De hecho, anunció que enviaría material a Italia y España. Pero Trump tuvo que aceptar que ellos mismos tenían problemas de suministros.