Theresa May tiene desde hace tiempo al enemigo en casa. Su plan de llevar a cabo un Brexit muy light desató hace semanas las iras dentro del Partido Conservador y provocó bajas en su Ejecutivo. Ahora, la primera ministra británica se enfrenta incluso a una conspiración dentro de sus filas para echarla.
Y es que un grupo de 50 diputados conservadores se reunieron el martes por la noche para discutir cómo y cuándo podrían forzar la salida de May, según informa la BBC. Durante el encuentro fueron varias las voces que sostuvieron que la primera ministra británica “tiene que irse”, que “es un desastre” y que “esto no puede seguir así”.
Una de las fuentes consultadas asegura que “la gente siente que el liderazgo está desfasado”, si bien también hubo quien opinó que un cambio de líder “es una idea estúpida ahora”.
Algunos de los participantes en la reunión del conocido como Grupo de Investigación Europea celebrada en Westminster, sede del Parlamento británico, indicaron que ya han remitido cartas en las que expresan su falta de confianza en May.
Para activar una votación sobre el liderazgo del partido es necesario o bien que el actual líder, en este caso May, dimita o que el 15 por ciento de los diputados ‘tories’ (48 de ellos en estos momentos) escriban al presidente del llamado Comité 1922 reclamando una votación de confianza. No obstante, no parece que por ahora se vaya a emplear este recurso, según la BBC.
Apoyo de su Gobierno de puertas para afuera
En público, el Gobierno cierra filas en torno a una cada vez más criticada May. El ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, ha dicho estar “seguro” de que habrá un “voto sólido” de apoyo a los planes de la primera ministra para sacar a Reino Unido de la Unión Europea.
“Creo que es importante que el Parlamento respalde a la primera ministra y estoy seguro de que la ciudadanía, cuando consigamos un acuerdo con la Unión Europea, reconocerá que lo correcto es cumplir el mandato que se nos ha dado y no distraernos con ruidos”, ha afirmado a la radio pública.
El principal representante del sector crítico contra May es Boris Johnson, el que fuera ministro de Exteriores y que precisamente renunció al cargo el pasado mes de julio por la propuesta de la primera ministra para el Brexit. Según escribió en un artículo publicado el pasado domingo, May ha envuelto a la Constitución británica en un “chaleco explosivo”, cuyo “detonador” está en manos de la Unión Europea.
Mientras, Steve Baker, antiguo secretario de Estado para el Brexit y que dimitió por el mismo motivo, cifraba esta semana en un mínimo de 80 los diputados conservadores que están dispuestos a votar en contra del plan de May.