El confinamiento por el Covid-19 ha sumado de media tres kilos a cada ciudadano. El periodo de estar en casa obligados ha coincidido, además, con el de mayor actividad para gimnasios y nutricionistas, ya que la operación bikini para lucir estupendo en verano se da entre los meses de marzo y junio. Este año, la crisis sanitaria ha echado por tierra todo ese esfuerzo, siendo imposible llegar en plena forma a las playas y piscinas. Por lo que las dietas milagro se han disparado en las últimas semanas.
Entre ellas, una de las más conocidas, la dieta del sirope de arce. Se basa en consumir esta bebida, que se prepara con 150 ml de sirope de arce, zumo de limón y uno o dos litros de agua, durante sólo cuatro días. Aporta unas 260 Kcal por cada 100 gramos y promete resultados milagrosos, aunque los nutricionistas dudan de ella.
Aunque entraña muchos riesgos, es una de las más seguidas para conseguir resultados inmediatos.
La dieta se divide en tres fases. Durante la primera, sólo se puede consumir el sirope. En una segunda, se acompaña de verduras. Y en una última etapa se introducen ya las proteínas.
Sin duda, quien sigue esta dieta baja de peso. Y consiguiendo además resultados inmediatos, por lo que es una de las más seguidas. Pero lo hace a costa de pasar hambre y perder agua y músculo. Por eso, los expertos advierten del efecto rebote que produce. Una vez se vuelve a la alimentación normal, se recupera el peso perdido e, incluso en muchas ocasiones, hasta más kilos de los que se han bajado.
Un riesgo para la salud que los nutricionistas no se cansan de repetir, recomendando acudir a un especialista antes de hacer una dieta por nuestra cuenta. El objetivo, dicen, de toda dieta además es cambiar hábitos alimenticios que, por ende, provocan una bajada de peso.