Mientras los índices de infecciones por coronavirus suben en Alemania, también lo hacen las protestas en contra de las restricciones y la tensión entre ciudadanos. El país lleva un par de semanas en desconfinamiento y la relajación de medidas ha provocado un nuevo rebrote que comienza a preocupar a las autoridades sanitarias del país.
A su vez, las protestas aumentan. Este pasado sábado, miles de personas se manifestaban en distintas ciudades del país, sin respetar las normas de distanciamiento. Un día después, el insituto nacional de virología Robert Koch, encargado de supervisar la pandemia, informaba de un aumento en la tasa de infecciones.
Dos hechos que muestran la tensión entre quienes exigen el de las medias de prevención y las voces que alertan de una segunda oleada de contagios. Mientras el virólogo más conocido del país, Christian Drosten, decía que temía ser “testigo de una segunda ola de contagios”, miles de alemanes protestan por el hartazgo del confinamiento. A lo que suman la pérdida de poder adquisitivo.
Y es que hasta 3,5 millones de alemanes están sufriendo pérdidas económicas importantes. Y otro 14,4% ha notado un ligero descenso en sus ingresos. Según este estudio, el 20% de los ciudadanos vive con menos dinero que al inicio de la pandemia.
Por eso, las protestas se repitieron en las calles el pasado sábado. En Múnich se llegaron a concentrar hasta 3.000 personas. Acusaron a los políticos y médicos de generar pánico y recortar derechos básicos de la población.
Suben los contagios
Sin embargo, los números dan la razón a quienes piden prudencia y cuidado. Tras la llegada de la ‘nueva normalidad’, los índices de contagios han vuelto a subir. De hecho, en algunas zonas incluso se están acelerando.
Tanto es así que la tasa de reproducción del virus se ha elevado a 1,1. Cuando supera el 1, significa que el número de infecciones está creciendo. La cifra ha pasado de 0,7 a 1,1 en apenas unos días.
El pasado miércoles, Angela Merkel accedía a las peticiones de los estados federales. Y reiniciaba la vida social y la economía, abriendo más comercios y regresando a los colegios de manera gradual. Al mismo tiempo, ha establecido un “freno de emergencia” para volver a las restricciones si los contagios aumentan.