Quinto día y nueva jornada de protestas en Hungría contra el Gobierno de Orbán. Ha sido este martes donde miles de personas han protestado contra una polémica reforma laboral del Gobierno nacionalista. Sin embargo, esta vez no ha sido frente al Parlamento donde el pasado lunes se reunieron unas 10.000 personas.
La manifestación del martes se produjo frente a la sede de radiotelevisión pública (MTVA) donde más de 2.000 personas se dieron cita sobre las 19:30 hora local. El motivo de esta manifestación fue la expulsión de los parlamentarios independientes Ákos Hadházy y Bernadett Szél esa misma mañana.
Esta expulsión provocó que numerosos manifestantes se concentrasen frente a la sede del ente público. La radiotelevisión pública (MTVA) ha sido severamente acusada por la oposición de difundir solo información favorable al Gobierno. “Esto ya no es un sistema híbrido, es una dictadura”, afirmó la diputada Szél.
Ley de esclavitud
Esta es la ley que ha colmado la paciencia de muchos húngaros. Y es que esta nueva normativa aumenta de 230 a 450 las horas extra anuales. La consecuencia es que un gran número de empleados pueden verse obligados a trabajar seis días a la semana. Pero eso no es todo, porque el empresario podrá posponer hasta en 36 meses el pago de ese trabajo adicional.
Las protestas han sido lideradas por estudiantes, aunque en las últimas se han unido los partidos opositores. Los sindicatos han advertido que si esta ley entra en vigor, comenzarán a organizar una huelga.
Sin duda, la pretensión de los manifestantes es revocar esta ley, pero no es la única. También reivindican la independencia de la justicia y de los medios de comunicación. Además, los manifestantes desean que Hungría se adhesione a la Fiscalía Europea y que se reduzcan las horas extras para los policías.