Nicaragua sigue inmersa en una profunda crisis social y política, que no tiene previsión de acabarse. De hecho, continúan surgiendo grupos de lucha. El último, la Alianza Democrática Nicaragüense, que se ha presentado este pasado lunes.
El grupo de lucha nace para combatir, dicen, la “dictadura” del Gobierno de Daniel Ortega. Con ello pretenden presionar para lograr “cambios profundos” en el Consejo Supremo Electoral y que se adelanten las elecciones generales. Todo ello entre acusaciones de constantes violaciones de derechos humanos, asesinatos y desapariciones de los opositores.
“Todos nuestros esfuerzos se centrarán en aumentar la presión nacional e internacional hasta lograr que la dictadura y la cúpula convoquen a unas elecciones anticipadas, no sin antes hacer cambios profundos y reales en el Consejo Supremo Electoral”, han explicado en un comunicado el nuevo movimiento de lucha.
El coordinador nacional de la Alianza, Martín Buitrago, explicaba también que la nueva organización “se enfrentará a la dictadura armada y paramilitar con el apoyo de todos los sectores vivos del país”.
Y para ello, además, el nuevo movimiento de lucha nicaragüense pide la ayuda internacional.
Protestas pacíficas
La lucha de la ADN se basará, dicen, en protestas pacíficas. Aunque con el rostro cubierto la mayoría de ellos, los integrantes del grupo hicieron un llamamiento a “retomar y reforzar” las protestas pacíficas, plantones y paros indefinidos.
Además, han instado a otros sectores a “pasar al espacio de unidad de la sociedad democrática y patriótica”.
Las manifestaciones en contra de Daniel Ortega y su Gobierno comenzaron el pasado 18 de abril. Desde entonces, la oposición y las ONG calculan que han muerto más de 400 personas. El fracaso de las reformas en la seguridad social se convirtió en el origen de los disturbios, que se han extendido ya por meses.