En la más estricta intimidad, David Bisbal y Rosanna Zanetti han celebrado su boda. Un enlace de cuento, a juzgar por los comentarios del cantante. Ha sido el artista almeriense el que en Instagram ha revelado una foto de tan feliz día y confirmado que se ha casado con su chica.
Se comprometieron a principios de año y ahora, por fin, se han dado el ‘sí, quiero’. David Bisbal y Rosanna Zanetti se han casado en una ceremonia íntima que no ha trascendido a los medios hasta que ellos han querido. “Ni en sueños habríamos imaginado una boda más perfecta”, comienza el mensaje del almeriense.
Bisbal describe su boda con Rosanna como “romántica, emotiva, discreta y en la más absoluta intimidad”. Ambos están “muy felices y muy emocionados y queremos compartirlo con vosotros”.
En su mensaje, David incluye una foto de su enlace. Vestido con traje azul noche y pajarita, el cantante sostiene en su regazo a su ya mujer, Rosanna. La venezolana elegía un vestido sencillo, de líneas puras y limpias, con escote corazón y manga caída.
Pese a descubrir su boda, Bisbal y Rosanna no han confirmado ni el día ni el lugar elegido. Aunque todo apunta a que se celebró en Almería, tierra natal del cantante. Sólo un día antes, el artista compartía una foto de uno de sus conciertos. Y es que está en plena gira. Tanto es así que se esperaba que la boda se celebrase al finalizar el tour de verano.
Sin embargo, Bisbal y Rosanna no han querido esperar a terminar el año para ser marido y mujer.
Broche de oro
Con su boda, la pareja pone broche de oro a una relación que comenzaba 2016. Fue en abril cuando un programa mexicano descubría a la mujer que acompañaba a Bisbal a la salida de un aeropuerto. Preguntado directamente, el almeriense intentaba dar largas y aseguraba que “nueva novia… no me gusta la palabra”.
Dos semanas después, ellos mismos confirmaban el noviazgo en Instagram con fotos muy parecidas. Estaban en Almería y Bisbal había aprovechado para presentar a su novia a sus padres.
Un año después, Bisbal y Rosanna se inscribían como pareja de hecho en el municipio madrileño de Ajalvir. Y, ahora, un año y medio más tarde, se dan el ‘sí, quiero’.