El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado ya que quiere cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, conocido como NAIM. Pero, ¿qué pasará con el terreno una vez se paralicen las obras?
La intención de Obrador es cancelar el proyecto el próximo 1 de diciembre, tras jurar el cargo. Así lo anunciaba tras organizar una consulta en la que ha participado un millón de personas. De ellas, sólo un 30% apoyaba la construcción del NAIM en Texcoco.
El aeropuerto es la obra pública más grande y costosa de las últimas décadas en México. Y también uno de los proyectos más controvertidos y conflictivos desde sus inicios. Tanto es así que el todavía presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha asegurado que se seguirá construyendo hasta el último día de su mandato.
La construcción ocupa 4.400 hectáreas del lecho del antiguo lago de Texcoco. Una localidad situada a 15 kilómetros del centro de Ciudad de México. Las obras comenzaron en 2015 y ya están construidas la torre de control y parte del edificio de la terminal. También se han cimentado las tres pistas que incluyen la primera etapa de su funcionamiento. Y el muro que rodea el proyecto también se ha construido. Así, estaría listo el 31,8% de todo. Por su parte, López Obrador rebaja ese total al 20% de todo el proyecto.
También hay diferencias con los costes. Mientras el Gobierno de Peña Nieto dice que se han gastado unos 5.000 millones de dólares, el de López Obrador lo rebaja a 3.000 millones. Así, argumentan que sería tanta pérdida paralizar las obras ahora.
Qué pasará cuando se cancele
El presidente electo asegura que el pago de los contratos e inversiones realizadas está garantizado. Y los contratistas que quieran podrán participar en el nuevo proyecto del aeropuerto internacional en Santa Lucía.
Quienes no acepten, serán indemnizados. Lo que podría suponer un gasto de alrededor de 2.000 millones de dólares. Aunque desde el Gobierno de Peña Nieto se estima que esa cifra sería de 5.000 millones. Además, existe la posibilidad de que algunos inversores demanden al próximo Gobierno por incumplir los contratos.
El destino de los terrenos, además, si se cancela el proyecto, es toda una incógnita. López Obrador insiste en recuperar el lago o construir un parque ecológico. Tampoco se sabe qué pasará con las construcciones ya realizadas.