El caso del periodista saudí Jamal Khashoggi ha dado la vuelta al mundo. Su fallecimiento se producía en un consulado de su país en Turquía. Los rumores sobre su posible asesinato se complementan con el hecho de que pudo ser descuartizado y sus restos sacados en secreto de la sede diplomática en Estambul. De hecho, la manera de morir es una de las 7 claves de su caso.
Los gobiernos de Turquía, EEUU o Reino Unido están ya exigiendo una respuesta al reino saudí. La presión es tal que podría admitir la muerte de Khashoggi en un interrogatorio en las próximas horas. Y es que, hasta ahora, su versión había sido la de que el periodista salió por sus propios medios del consulado. Sin embargo, las cámaras de seguridad no lo registran así. Y su prometida, además, se quedó esperándolo fuera del edificio hasta la madrugada.
Repasamos las 7 claves de este caso que mantiene en vilo a toda la comunidad diplomática.
1. Los hechos
Jamal Khashoggi acudió al consulado de Arabia Saudí en Estambul para reclamar un certificado de estado civil. Y es que el periodista estaba preparando su boda con la turca Hatice Cengiz. Le citaron de nuevo para el 2 de octubre, asegurando que el documento no estaba listo.
Fue entonces cuando Khashoggi acudió de nuevo al consulado. Ya entonces advirtió a su novia que si no salía pronto, avisara a las autoridades turcas. Y es que temía una encerrona por parte de las autoridades saudíes dadas sus críticas al régimen.
2. Temía por su vida
La advertencia a su novia ya daba cuenta de que el periodista temía por su vida. Había comentado a un colega de la BBC que conocidos suyos habían sido detenidos en Arabia Saudí por hacer comentarios en privado.
Por eso, aseguró, no podía regresar a su país. Además, Khashoggi escribía columnas críticas con el régimen saudí.
Además, una conversación telefónica grabada dejaba en evidencia las intenciones de Arabia de arrestar al periodista y llevarlo de regreso a su país. Aunque no está claro que la orden fuera devolverlo vivo o muerto.
3. Movimientos inusuales
Vídeos, registros e investigaciones de la policía turca dan cuenta de que ese martes llegaron al país 15 personas procedentes de Rabat. Eran presuntos agentes de inteligencia que volvieron a su país el mismo día.
Entre ellos, Salah Mohamed Al Tubaigy, jefe de medicina forense de la Dirección de Seguridad de Arabia Saudí.
Se alojaron en varios hoteles y aterrizaron en vuelos diferentes. Después, llegaron todos una hora antes de que el periodista hiciera su aparición en el consulado.
Entre los movimientos inusuales, también, el que seis coches abandonaban la sede divididos en dos grupos. Unos se fueron al aeropuerto y dos más a la residencia del cónsul. En uno de ellos podría haber ido Khashoggi.
4. Empleados del consulado
Los medios han informado ya de que los empleados del consulado tenían el día libre. La excusa fue que había una “reunión diplomática”.
El diario ‘Hürriyet’ aseguró que varios cerrajeros entraron en la sede para cambiar las cerraduras de varias puertas, incluso bien entrada la noche.
5. Pista clave
Los investigadores hablan de una pista clave. Y esa no es otra que la existencia de un reloj Apple Watch que tenía Khashoggi cuando llegó al consulado.
El reloj estaba conectado al móvil que el periodista no llevaba consigo en ese momento. Los datos que puede aportar este dispositivo podrían ofrecer la visión de todo lo sucedido.
6. Presión internacional
La presión internacional aumenta. El gobierno del presidente turco ya ha instado a Arabia Saudí a aclarar lo sucedido.
Por su parte, Trump ha dicho que están acercándose a descubrir qué fue lo que sucedió con el periodista saudí.
Y el Reino Unido ha advertido que las autoridades saudíes se exponen a “serias consecuencias” si se confirma su responsabilidad en la desaparición de Khashoggi.
7. Caída en desgracia
Jamal Khashoggi era un periodista muy cercano a los círculos de poder saudí. De hecho, fue consejero del exjefe de la inteligencia saudí príncipe Turki al Faisal cuando éste era embajador en Londres.
La creciente influencia del príncipe Mohamed Bin Salman y su manera cada vez más autoritaria de gobernar, creó una gran fraactura. Khashoggi se fue volviendo cada vez más crítico, lo que se vio reflejado en sus columnas del ‘Post’. En ellas desnudaba los entresijos que la monarquía no quería que el mundo conociera. Por eso, se volvió incómodo.